La jerarquía del Betis Baloncesto doblega al Naturavia Morón (70-53)

No había encontrado el Betis Baloncesto ni su sitio ni los caminos a la canasta aruncitana en el primer cuarto. Le faltó fluidez, generación de espacios, más pases y mejor selección de tiro. Faltaba más movilidad sin balón. Muchas cosas. Todo se lo negó el Morón, una roca con mucha implicación defensiva de sus hombres. Con licencia para hacer faltas, subiendo el nivel físico del partido. Lo que demandaba la ocasión para competir sin complejos en San Pablo. Y el Morón, jaleado por su afición, que ocupaba una pastilla de la grada Telescópica baja, lo hacía. Los puntos, contados, se hacían de rogar cuando el Morón aceleró en la recta final aprovechando que el motor del Betis no arrancaba. Un triple de Serrano, un tapón de su torre (Duke) y dos puntos más de Tamba edificaron un parcial de 0-5 que dio ventaja al equipo moronense (13-16) al término de un primer asalto de tanteo y muy igualado.

Cvetkovic, Hughes, Jelinek, De la Torre y Domènech conformaron el quinteto bético en el despegue del segundo acto. Hughes, a quien se le caen los puntos de las manos, destrababa el ataque verdiblanco limpiando la esquina (18-16). Cvetkovic le seguía el rollo y también enchufaba de tres, pero el Morón no se arredraba. Está muy bien trabajado el bloque de Santaella. Benite activaba la catapulta (26-22), DeBisschop taponaba y Kouadio, qué vuelo el suyo, hacía lo propio con Renfroe. El partido se desarrollaba entonces bajo los parámetros que más podían interesarle al Morón: férrea defensa y puntos racionados. Vetada la pintura, territorio irrespirable, el Betis puso los huevos de la cesta en el perímetro. Desde ahí, con su ramillete de perimetrales, tenía más posibilidades de generar. Tiene dinamita ACME en el triple aunque su 4/12 al descanso fuera, la verdad, bastante discreto. Entre Jelinek y DeBisschop (sorprendente 4/4 en tiros libres) ampliaron a ocho (30-22) al tiempo que todo el equipo se apretaba las clavijas en su tablero.

De pronto, el Naturavia Morón se estrellaba contra un muro y sus fuentes se secaban. Incluso desde el tiro libre le costaba (5/11). Hughes, fino estilista, conectaba el tubo a la canasta visitante y Cvetkovic, cuatro puntos seguidos, colocaba los doce (36-24) al borde del intermedio en el peor momento de los aruncitanos, fundidos en ataque y lastrados por un 2/14 en el tiro exterior. Sin triples no hay paraíso. Parejo, su capitán, dejó a nueve la diferencia al descanso (36-27). Sin ser brillante su actuación, a golpe de talento se manejaba en ataque, el Betis Baloncesto había marcado diferencias desde la defensa y el rebote (20/12). La mala noticia la ponía DeBisschop, al que una torcedura de tobillo sacó del partido.

Desafinado en el triple continuaba el Naturavia Morón a la vuelta del receso, sin encontrar la manera de romper la secuencia de fallos. Y así era realmente quimérico que se enganchara. Cvetkovic dirigía mientras Benite encendía las luces cortas y largas del ataque bético. De sus muñecas casi siempre salen dividendos (41-29). Para el Morón, sumaba entonces Kouadio (triple, al fin), haciendo lo imposible por evitar la rotura del partido que se intuía cuando Cvetkovic asestó de nuevo de tres (44-33). Era la sexta diana verdiblanca. Gonzalo García probaba nuevas estructuras por dentro (De la Torre, Suárez y Radoncic) y otra fórmula activando la defensa en zona. Pero el Morón, tozudo, no se abandonaba. Se resistía a que el Betis le pasara por encima. Su virtud era no descomponerse aun con tantas dificultades para anotar. Duke encendía de nuevo a la afición naranja (44-38) y Álex Suárez respondía atizando la hoguera del triple (47-38). Renfroe, muy discreto, aparecía reinstaurando el statu quo y De la Torre, desde el tiro libre, situaba el 50-38 (m. 29) hasta que Tamba, de suave bandejita, lo dejaba todo como al intermedio (50-41).

Pasaron tres minutos del último cuarto sin que el Betis, varado entonces, anotara una sola canasta. Una hizo el Morón, así que a duras penas mantuvo la ventaja (50-43), pero sin encontrar ritmo, el que no le daba Renfroe, ni buenas situaciones de tiro. No fluía el Betis como pretendía ni como debe hacerlo por calidad y profundidad de banquillo, aunque es demasiado pronto para que así sea. La campaña está empezando y, aunque sean partidos oficiales, los de la Copa de España son citas en plena pretemporada. Le queda mucho que trabajar a este equipo para ensamblar las piezas y que todas ellas se pongan a punto. Con los verdiblancos desinflados, sin chicha, Parejo clavaba un triple (50-46) respondido ipso facto con un mate de Kasibabu (52-46). Quedaban más de cinco minutos de metraje por delante en los que sí se explayaría ofensivamente el Betis. Emergió entonces la figura de Cvetkovic, que anotaba un triple clave (57-46) y otro más que (63-50) que ya sí dejaban casi visto para sentencia el duelo. El serbio, con tres triples consecutivos, se erigió en el elemento decisivo del Betis Baloncesto. El detonador del partido. Se echó el balcánico el equipo a la espalda y se disparó hasta los 21 puntos (68-50) para enterrar definitivamente las esperanzas del Naturavia Morón, dejar la victoria en casa y hacer pleno de triunfos en la Copa de España. Dos de dos.