Barega se estrena con honores de campeón en el Zurich Maratón de Sevilla

Con tres liebres abriendo la carrera y perfectamente identificados con unas camisetas diferentes, de color rojiverde, en seguida se adelantó un grupo de cinco corredores entre quienes estaba, por supuesto, la gran estrella, Barega, con camiseta blanca y pantalón naranja, de doble estreno en Sevilla. No sólo por su bautismo en la distancia sino por su nueva firma deportiva. En 14 minutos y 18 segundos superaba los cinco primeros kilómetros el grupo cabecero, a ritmo de dos horas y un minuto. Dennis Kibet, Esphond Cheruiyot, Vincent Kimaiyo, Lameck Too, Selemon Barega, Matthew Samperu, Abebaw Desalew y Gossa Ambellu Challa estaban al frente. Ellos disputaban una carrera, la que realmente acaparaba todos los focos, y el resto de los participantes, otra. Las mujeres más destacadas, un total de diez con el valenciano Nacho Jiménez ejerciendo de liebre, acreditaban 16:45 en la entrada en la Cartuja. Ilias Fifa era entonces el primer español y Kaoutar Boulaid se encontraba en el grupo cabecero femenino como la primera española. Meritxell Soler (16:57), que el año pasado consiguió el billete olímpico en Sevilla, la segunda.

Impertérrito y compacto, a su implacable ritmo, muy por delante del resto, avanzaba la carrera y en el kilómetro décimo marcaba 28:44 con las liebres en la misma disposición, en paralelo, escoltando a Barega y a los otros cuatro candidatos al triunfo, protegiéndolos del viento y disparándolos a los tiempos marcados por la organización. Sin tregua. No es que corrieran rápido por las amplias avenidas de Los Remedios, simplemente volaban. Más atrás, atasco en el nutrido grupo femenino (33:34 en el 10K, con Kaoutar batiéndose el cobre con todas las africanas) porque se mezclaban los mejores populares, que no querían perderle la rueda a Nacho Jiménez, con las candidatas al triunfo. Los líderes, aclamados por el público, salieron de Los Remedios con 34 minutos y 50 segundos consumidos de maratón. Otra vez tenían por delante la larga recta del Paseo Colón, Torneo y Concejal Alberto Jiménez Becerril, hasta la Glorieta Olímpica.

Para hacerse una idea de la estructura de la carrera, cuando los líderes estaban llegando al túnel de Arjona, las mujeres aparecían de nuevo por el Paseo Colón tras 41 minutos de metraje. El corte era importante, mas no imprevisto. Barega y su cohorte cruzaban el 15 en 43:18. Marchaban a 2:53 el kilómetro, por debajo del récord de Deresa Geleta en 2024. Una curiosidad: Barega, compañero de entrenamiento del campeón del pasado año, perdió el avituallamiento de Concejal Alberto Jiménez Becerril y un compañero le echó un cable. Adisu Tesfahun y John Mburu eran noveno y décimo (contando las liebres) y corrían juntos, en 44:23 al paso del 15, persiguiendo al grupo. Por su parte, Dalila Abdulkadir, Tigist Gezahagn, Meseret Dinke, Anchinalu Dessie y Zenebu Fikadu lideraban a las mujeres (50:04). Kaoutar (50:06) no perdía comba a ritmo de récord nacional.

Uno de sus efectivos, descolgado, perdió el grupo de cabeza por el tramo de la Ronda Urbana Norte que conecta con Alcalde Manuel del Valle. El esfuerzo ya se sentía en las liebres, pero a priori estaba todo controlado con el objetivo de cumplir a rajatabla el plan previsto en el medio maratón, los 21 kilómetros, localizado cerca de Santa Justa, en la calle Esperanza de la Trinidad. El kilómetro 20, en el entorno de la Carretera Carmona, lo pasaron en 58:30 y la media, en 1:01:45. Ya quedaban dos de las tres liebres y Barega se incrustaba entre ellas.

Por detrás, registrando 1:03 en el ecuador, seguía el rastro un grupo numerosísimo de corredores de unos 50 maratonianos entre quienes se hallaba Ilias Fifa. Y más atrás, las chicas (1:10:55 la media). En Kansas City, con el viento golpeando de lado a los corredores, las liebres ya se habían borrado de la carrera. Game over para ellas. Desde ahí, Barega a cuerpo descubierto, sin auxilios, tirando ya del grupo de cuatro unidades y asumiendo la responsabilidad, quizá demasiado pronto para un debutante en maratón. Aunque, claro, no podía olvidarse que el etíope es una figura mundial. Una estrella con oro olímpico en los 10.000 en los Juegos de Tokio, entre otros muchos honores. Y tiró y tiró con valentía y jerarquía, sin temor al 'hombre del mazo', y aprovechando el giro a la izquierda en Los Arcos (esquina de José María Javierre con la Avenida de Andalucía) para romper lazos con el grupo y marcharse en solitario. Puso el turbo. Pinchados se quedaban Abebaw Desalew, Matthew Samperu y Gossa Ambellu. No podían seguirle.

El kilómetro 25 lo había rebasado en 13:08 y, a partir de ahí, toda la prueba se convirtió ya en un monográfico de Barega, zancada a zancada a ritmo de récord, quemando el asfalto sevillano, probando su capacidad de resistencia en un debut con visos de ser histórico. Por la calle Éfeso, cuatro africanas mandaban: Dessie, Abdulkadir, Gezagahn y Dinke Meleka, en 1:24:02 en los 25 kilómetros, con Kaoutar Boulaid a rueda de ese póquer de africanas (1:24:06). Debían acelerar, eso sí, para poner en peligro la plusmarca de la prueba, que data de 2022 y parecía a salvo. A esas alturas, Barega, luchando exclusivamente contra él mismo, se acercaba ya a la Palmera. Hizo 1:27:30 en el 30K. Corría a 2:51 el kilómetro. Que pudiese cruzar la meta por debajo de las dos horas y tres minutos era una posibilidad real si mantenía ese ritmo, pero ese sueño se fue esfumando poco a poco.

A la esquina del Benito Villamarín, con mucho público en ese enclave y banderas verdiblancas ondeando, llegó en 1:30:27. Le sacaba 32 segundos a los dos siguientes, el etíope Gossa Ambellu y el keniata Matthew Samperu; y 47 al tercero, Abebaw Desalew. Una barbaridad. De Kaoutar, a esas alturas, ya se podía afirmar que estaba peleando por la victoria. Con 1:24:06, estaba en la pomada, codeándose con las africanas, como en toda la carrera. Barega accedía al Parque de María Luisa, por la Avenida Don Pelayo, en una hora y 36 minutos. Y a la Plaza de España, en 1:37:45, regalando a todos los presentes una auténtica exhibición, abriendo la zancada más y más, acelerando y desacelerando, devorando el circuito metro a metro y llevado en volandas por la gente que se acumulaba en el entorno del monumento más representativo de la Exposición del 29. A falta de siete kilómetros para la meta, en el 35, firmaba 1:42:03 y le estaba pegando un bocado de 27 segundos nada menos al récord de Geleta. Corría por debajo de dos horas y tres minutos, a 20,6 kilómetros por hora con 35.000 metros ya acumulados en las piernas. Quedaba poco, pero era la parte más dura para los corredores. Y huelga comentar el porqué. El momento de sufrir. Barega acusaba el cansancio.

Por delante de la Basílica de la Macarena pasó en 1:51:18 antes de refugiarse en la sombra de Resolana, que agradecería en ese momento. Cuando él estaba a punto de meterse en la Alameda, el grupo de líderes femeninas llegaba a la Plaza de España. Kaoutar se había descolgado, a once segundos estaba la española. Aguantaban el tipo de la liebre Anchilanu Dessie y Tigist Gezahagh (1:51:59). Por el carril de la Alameda, Barega confirmaba que era humano. Correr solo abrasa y para él, en un maratón, no se olvide, era su primera vez. Le seguían apenas las motos de la organización, sus 'escoltas', por delante y por detrás. Era la comitiva que anunciaba la llegada del ganador del Maratón. Al kilómetro 40 arribó en 1:57:43. Su pinchazo en el último tramo era significativo: 40 segundos por encima de la plusmarca de Geleta. El récord de la carrera se le escapaba, pero no la satisfacción del triunfo. Junto a la Catedral, en el arco del Sevilla FC con el lema 'Nunca te rindas', pasaba en 1:58:24. Por la Ronda, Anchinalu Dessie (1:57:59) se había convertido en la líder indiscutible de la prueba, con Kaoutar en tercer lugar.

Sin gasolina ya, fundido y con el gancho, Barega cruzó la meta en 2:05:15. No podía correr más, casi ni caminar. Se arrodilló en la lona azul para coger aire y aliento. Segundo fue el etíope Tafere Adisu (2:06:27) y, tercero, el marroquí Mohamed Reda El Aaraby (2:06:45). El reguero de corredores que llegaron a la par tras ellos era síntoma inequívoco de que los últimos kilómetros, quizá por la temperatura o la humedad, se habían atragantado convirtiéndose en una auténtica escabechina tanto en chicos como en chicas.

En mujeres, la etíope Anchinalu Dessie vencía con 2.22:17 y la francesa Manon Trapp, segunda, lograba el récord de de su país con 2:23:38. La keniana Cynthia Kosgei, tercera, entraba seis segundos después (2:23:44) y dejaba sin podio a la primera española, Kaoutar Boulaid, cuarta (2:24:05). No fueron en general los tiempos esperados, pero para la historia de la prueba, que cumplía 40 ediciones, quedará que una estrella del fondo con mucho que decir en la distancia de Filípides como Barega debutó con victoria en los 42 kilómetros. Y lo hizo en Sevilla.