«Dormiré con la copa para poder creerlo»
ÁNGEL CABRERAGanador del US Open de golfMIGUEL ÁNGEL BARBEROMADRID. Ángel Cabrera abrazaba con fruición la copa de plata que le acreditaba como campeón del Abierto de Estados Unidos y no se lo creía
ÁNGEL CABRERA
Ganador del US Open de golf
MIGUEL ÁNGEL BARBERO
MADRID. Ángel Cabrera abrazaba con fruición la copa de plata que le acreditaba como campeón del Abierto de Estados Unidos y no se lo creía. Necesitaba sentirla suya y prometía «acostarme con ella para, ... al despertar, darme cuenta» de la proeza lograda. Superó por un golpe a Tiger Woods y Jim Furyk, números uno y tres del mundo, para arrebatarles su trofeo nacional en el mítico campo de Oakmont. Era la primera vez que un argentino inscribía su nombre en el torneo y la segunda en un «major», cuatro décadas después de que Roberto de Vicenio le arrebatara un «British» a Jack Nicklaus, cuatro años antes del nacimiento de Cabrera.
Su infancia no fue muy afortunada. Con 10 años tuvo que ponerse a trabajar como «caddie». Según sus propias palabras, «para llevar comida a casa». Y así, entre el contacto diario con el campo y su talento natural para el golf, su fama fue creciendo en el barrio. La fortuna quiso que muy cerca de su vivienda viviese Eduardo Romero, el mejor jugador argentino de los últimos tiempos, que rápidamente le acogió bajo su manto. Hoy en día es su mejor amigo.
Ahora, con diecisiete victorias profesionales, el Open USA destaca en el palmarés sobre los tres títulos europeos, pero él sigue siendo fiel a sus orígenes. Modesto en grado sumo, le quita importancia a su éxito y no se queda del todo satisfecho. «El campo me ganó al final», comentó con sorna. Efectivamente, firmó 69 golpes el domingo, cinco sobre par, demostrando que se trata de una prueba para súper-hombres. Aunque Ángel sea un antihéroe de andares cansinos y escaso «glamour». Pero es el mejor de todos. Se lo merece.
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