Atletismo
Oro sin récord para Duplantis
Europeo de Múnich
El prodigio sueco arrasa en la final de salto con pértiga, pero sin asalto a una nueva plusmarca mundial
Mondo Duplantis, durante la final de salto con pértiga
Fue en Alemania donde Armand Duplantis se dio a conocer al mundo. Justo ahora hace cuatro años, en el anterior Europeo al aire libre celebrado en Berlín, comparecía el sueco con solo 18 añitos y un aspecto bastante distinto al actual, con el pelo ... más corto y peinado a raya. Ya se conocía de su talento, pero fue en aquella cita donde lo logró reventar por primera vez. Frente a dos pesos pesados como Renaud Lavillenie y Timor Morgunov el aún adolescente se llevó el título a lo grande. Por primera vez en su carrera saltó 6 metros, en aquel momento récord mundial sub-20. Y cuando Morgunov, hoy vetado para este tipo de competiciones por su nacionalidad rusa, le igualó, Duplantis aún fue capaz de elevarse por encima de 6,05 metros para lograr su primer oro internacional.
Allí nació una estrella. Hoy, un elegido. El mayor referente del atletismo mundial, que en su segunda aparición en un Europeo también arrasa. Gana sin mácula después de superar el listón sobre 5,95, y después supera también a la primera sobre 6,06, récord de los campeonatos que él mismo poseía. Pero hoy no era el día para ir a por el récord del mundo. El sueco renuncia a seguir saltando y prefiere celebrar con su familia, su novia y sus contrincantes, que muestran hacia él la misma devoción que el resto de aficionados.
El sueco es carismático y cuenta con el cariño de la gente. Arrastra esa aureola de exclusividad que convierte en obligatorio seguirle allá donde vaya, porque en cualquier momento le puede dar otro bocado a la historia. Así llegó a principios de semana a Múnich, dispuesto a deslumbrar de nuevo al mundo. El sueco se estrenó el pasado jueves en una clasificación accidentada, en la que necesitó dos intentos para superar los 5,65 metros necesarios para estar en la final. Mondo lo achacó al viento, pero se felicitó de no haber realizado más de dos saltos. Quería reservar energía.
No acompañó el tiempo en la final. Llovió durante todo el día en la capital bávara y el aspecto del Olympiastadion no era el ideal. En su presentación, Duplantis regaló un bailecito y un beso a la cámara y luego entró en una fase de concentración total, solo rota para acompañar los aplausos del público al ídolo de su niñez, un Lavillenie que, con 35 años, reconocía haber acudido a Múnich solo a luchar por la plata.
La final comenzó sobre 5,50, una altura a la que ni miró. En realidad, el sueco calcó el concurso de Oregón. Si allí inició sobre 5,70, aquí se probó de nuevo en 5,65. Esta vez superó el listón a la primera con superioridad insultante. Después dejó pasar los 5,75 (en Eugene no saltó sobre 5,80) para continuar su concurso con otro salto fácil sobre 5,85. En esa altura se quedó ya solo con el alemán Bo Kanda Lita Baehre, que anda lejos de poder inquietar al prodigio sueco. Tras mejorar también el récord de los campeonatos era el momento de ir a por la plusmarca mundial, ese 6,21 que rubricó en Eugene hace un mes, pero Duplantis prefiere dejarlo para otra ocasión.
Duplantis no fue a por el récord del mundo que estableció el mes pasado en el Mundial de Oregón (6,21), pero sí mejoró el récord de los campeonatos
Con solo 22 años ya son 52 ocasiones en las que Duplantis ha superado la barrera de los seis metros. Sergei Bubka, que se quedó en 46 a lo largo de su carrera, cada vez queda más lejos. Tampoco hay más títulos en el horizonte para el saltador nacido en Lafayette, campeón de Europa y del mundo tanto en pista cubierta como al aire libre y oro olímpico en los pasados Juegos de Tokio. Desde este verano ya solo libra una batalla contra sí mismo, por explorar y superar sus propios límites. De momento, su voracidad está fuera de toda duda.
Su velocidad con la pértiga en las manos supera los 10 metros por segundo. Es el factor decisivo, coinciden sus rivales. Ninguno de ellos llega a esa cifra. Todos se mueven en un rango de entre 9,3 y 9,7 metros por segundo. Gracias a esa aceleración puede despegar antes hacia el cielo. También influye, claro, la técnica, pulida por parte de Greg Duplantis, el padre de la criatura, desde prácticamente la cuna.
Duplantis compartió honores en esa penúltima jornada con la neerlandesa Femke Bol, reina absoluta del Europeo tras completar su triplete de oros (400 lisos, 400 vallas y 4x400). En esa prueba, el relevo femenino, formado por Eva Santidrián, Aauri Bokesa, Berta Segura y Sara Gallego terminó en octava posición.
Mientras, el 4x400 masculino rozó de la medalla tras acabar cuarto en la final. Iñaki Cañal, Lucas Búa, Óscar Husillos y Samuel García lograron mejorar el récord de España (3:00.54), pero no fue suficiente para atrapar el bronce.
Por último, Carolina Robles (9ª) e Irene Sánchez-Escribano (10ª) se quedaron a las puertas de los puestos de finalista en los 3.000 obstáculos femeninos.
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