El Madrid y Mbappé sí decían la verdad: repaso y a octavos

La brillante clasificación a octavos deja cuatro magníficas noticias. El castigo de jugar el playoff ha servido para ver al mejor Madrid de la temporada, Asencio es un central para marcar una época, Mbappé ya ha dejado su primera gran noche europea en el Bernabéu y el equipo puede jugar con los cuatro fantásticos y tener compromiso defensivo. No son agua y aceite.

El encuentro se puso cuesta abajo muy pronto, a los cuatro minutos. Asencio se reencarnó en Hierro y Mbappé en Raúl. Pase de cuarenta metros del canario, Rùben Dias se deshace como magdalena en el Cola Cao en su duelo con Kylian, y vaselina del francés para superar la media salida de Ederson. Un 1-0 'old school'.

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Rubén Cañizares

En los dos partidos que ha jugado sin él -esta noche será el tercero- se ha visto un Madrid más coral y menos bronco, y ha explotado la mejor versión del francés

El asunto ya no pintaba bien para el City antes de encajar el primero. Haaland, por el golpe en la rodilla sufrido ante el Newcastle, se quedaba en el banquillo. Levantar un 2-3 con el noruego era casi imposible. Sin él, era elegir la canción para tu funeral.

A la baja de Erling se le sumó la de Stones, que un minuto después del primer gol de Mbappé tuvo que irse a la ducha. Lesión muscular del central, junto a Guardiol, lo poco decente del City esta temporada en zona defensiva.

El Madrid era mejor sin balón y con balón. Aquellos zarandeos del City en temporada anteriores sonaban a nostalgia en la cabeza pelada de Pep. Su equipo movía el balón como un acordeón y a paso de tortuga. No sabían si en la portería del Madrid estaba Courtois o Lunin porque sus jugadores eran incapaces de superar ninguna línea rival ni de robar un balón. Justo lo contrario que el Madrid, que cuando se hacía con la pelota, tocaba rápido y en vertical y se plantaba en el área inglesa con constante peligro. Una cosa es mandar y otra gobernar.

La tuvo de nuevo Mbappé en el 29, en una jugada calcada a la del primer gol. Esta vez fue Tchouaméni el que le puso el balón a la carrera y el disparo de Kylian, fuerte, pero centrado y a media altura, lo escupieron los puños de Ederson.

La masterclass de regates y filigranas era cosa de Rodrygo. El brasileño tan pronto ordenaba una acción ensayada, como mandaba cobrar la pensión de jubilación a Gundogan. Amago con la cintura y el alemán por los suelos. Justo lo mismo que hizo Mbappé en el 2-0.

En el 34, una jugada iniciada por Rodrygo y Valverde por banda derecha acabó pasando por las botas de Ceballos, Bellingham, Vinicius, otra vez Rodrygo y, finalmente, de Kylian. El francés mandó a recoger melones a Guardiol con un recorte que al 99% de los seres humanos le habría partido el tobillo en tres, y definió al palo corto de Ederson con un disparo seco y raso.

Estaba tan crecido el Madrid y se lo estaba pasando tan bien que las coberturas se celebraban como los tapones. Cerca del descanso, Asencio le hizo un tackling a Marmoush dentro del área que evitó la única acción de ataque mini peligrosa del City. Se jugó el penalti, pero acabó chocando pecho contra pecho con Rudiger. 'NBA mood'

Del descanso salió el City pensando que le cayeran los menos posibles, pero esa decisión no iba a depender de él. El partido sería lo que quisiera el Madrid, y el colmillo no lo había guardado aún el campeón. Valverde y Rodrygo rozaron el tercero en un par de disparos lejanos, pero fue otra vez Mbappé el que encontró la red de Ederson.

En el 61, escorado en zona derecha, recibió el francés un balón de Bellingham. Era Kylian ante cinco jugadores del City que le observaban como lo hace un grupo de turistas en el Prado delante de Las Meninas. Mbappé les devolvió la entrada con un recorte hacia el carril central y un trallazo con la izquierda. Gol 28 de Kylian, séptimo en la Champions y cuarto en una eliminatoria que solo deja la amarilla de Bellingham, que acarrea suspensión, y el tanto de la honrilla de Nico en el 91, como nota discordante. Que pasen Atlético o Leverkusen.