Vinicius, el futbolista convertido en icono

Por lo tanto, podría decirse que Vinicius es el único deportista de la plantilla madridista netamente del siglo XXI, un modelo que no está satisfecho con ser un ídolo en el terreno de juego, que necesita sobrepasar los límites del estadio y cambiar el orden establecido, tanto porque lo desea como porque cree que es lo que se debe hacer. Los atletas negros, sobre todo los estadounidenses, fueron los precursores. Desde Smith y Carlos en México 69 hasta LeBron James y el Black Lives Matter en la burbuja de la NBA en 2020. Y Vinicius se siente de esa estirpe. Un mantra que ha llevado a una nueva dimensión a lo largo de esta campaña liguera. Una campaña en la que no solo fue futbolista, también se hizo icónico.

Los problemas en el muslo y en los isquiotibiales le ralentizaron en los primeros meses. Ver a Vinicius en la grada es como contemplar a un león comiendo guisantes, pero pronto desató su fútbol y su carácter fin de semana tras fin de semana. Sus tres goles al Barcelona en la final de la Supercopa significaron un punto y aparte, se indujo en un trance anotador que propulsó a su equipo en el momento más delicado de la temporada, en el que cambian las tendencias, el peligroso febrero. Y, además, inició su racha en Mestalla, el estadio donde todo cambió.

El feudo valencianista, en mayo de 2022, se convirtió en un hervidero. Ganó el Valencia (1-0) pero por primera vez en mucho tiempo, los insultos racistas, en este caso obra de parte de la grada local, acabaron en un juicio aún por resolver. Vinicius terminó desquiciado aquel duelo e incluso llegó a parar el encuentro para señalar a los aficionados que le atacaban verbalmente. Fue expulsado por un lance del juego y, ya en frío, soltó en redes sociales toda una declaración de intenciones. «Llegaré hasta el final contra los racistas».

Pues bien, nueve meses después, el pasado febrero, volvió al estadio che y dio un valioso punto al Real Madrid tras un doblete cuando los blancos ya perdían por 2-0 en el minuto 30. Necesita de ese entorno hostil para sacar lo mejor de sí mismo, a veces también lo peor, pero Vinicius es de sangre caliente y solo entiende el fútbol de pulsaciones altas. No puede separar lo uno de lo otro y, tras celebrar su gol con el puño en el alto, 'Black Power', también usó sus redes sociales para denunciar que un menor de edad le había llamado «mono».

Aquella exhibición en Mestalla, nublada por el garrafal fallo de Gil Manzano, que pitó el final mientras un centro que acabó en gol de Bellingham volaba hacia la portería valencianista, tuvo continuidad y Vinicius anotó en dos jornadas consecutivas más, uno ante el Celta y dos ante el Osasuna . Si sus exhibiciones fueron en aumento, también lo fueron los actos racistas hacia él. De hecho, en este final de campeonato, ha sido cada vez más común que en partidos en los que ni el brasileño ni el Madrid participaban, hinchas rivales profirieran insultos hacia su persona.

La puntilla a la liga fue, sin duda, el clásico del pasado 21 de abril. Bellingham dio la victoria, fue el hombre de la noche tras anotar el 3-2 definitivo en el descuento, pero volvió a ser Vinicius el pulmón de los blancos, autor de un gol y de la decisiva asistencia al británico que permitieron a los de Ancelotti aumentar la ventaja sobre los azulgranas hasta los 12 puntos.

En el apartado goleador, no ha sido su campaña más brillante, autor el internacional brasileño de 13 goles en Liga, lejos de los 17 de la 2021-22, aunque aún le quedan cuatro jornadas para engordar estadísticas. Pero la Liga del Madrid en las 2023-24 no olvidará al futbolista que se convirtió en icono.