Sus valores, el madridismo del vestuario y los resultados: la pócima que renovó a Ancelotti

Así lo anunció ayer la entidad merengue, pasadas las 13.00 horas. Un escueto, pero cariñoso comunicado en el que se ensalzaban sus logros en los cinco años que lleva como entrenador del Madrid (hay que sumarle a esta segunda etapa la primera, entre 2013 y 2015). 2 Champions, 2 Mundiales de Clubes, 2 Supercopas de Europa 1 Liga, 2 Copas del Rey y 1 Supercopa de España. Diez títulos con confeti y serpentinas: Ancelotti es el único técnico de la historia del fútbol en haber ganado las cinco grandes ligas europeas y es el entrenador con más victorias en la historia de Liga de Campeones (118).

«Consenso y satisfacción», ese es el sentir general que el Real Madrid transmitía ayer tras hacerse oficial la renovación del preparador italiano. Un acuerdo que se cimenta en los espléndidos resultados de Carletto en lo que llevamos de temporada, que tienen al equipo líder de la Liga y en octavos de la Champions, tras hacer pleno en la fase de grupos. Resultados que el club blanco considera suficientes para seguir dándole su confianza otros dos años más y que la entidad entiende que se germinan no solo en la profesionalidad y valía de Ancelotti, sino en su manera de ser: «En el Madrid lo importante es ganar. Y hacerlo con unos valores. Ancelotti cumple estos dos requisitos sobradamente», explican a ABC desde Valdebebas.

«Carletto está muy contento. Se cumple su deseo, como dijo públicamente en varias ocasiones», cuenta el entorno de Ancelotti. El propio italiano volvió a incidir en este mensaje en su cuenta de Twitter: «Hoy es un día feliz. El Madrid y yo continuamos nuestro camino juntos en busca de nuevos y mayores éxitos. Gracias y Hala Madrid».

En el club blanco gustan muchas cosas de su entrenador, y una de ellas es la mano izquierda con la que dirige lo que en la entidad consideran el vestuario más complicado del mundo. No solo ha creado un grupo de trabajo donde el madridismo es el credo por el que todos se guían, sino que este sentimiento unánime es el que ha dado lugar a la brillante primera mitad de la temporada que coloca al Madrid en una magnífica posición para pelear hasta el final por los cuatro títulos que tiene en juego: «Lo que más deseaba era seguir siendo el entrenador del Madrid», recuerda su gente de confianza.

No es un mensaje vacío. Justo a estas alturas del año, pero hace 365 días, cuando Brasil se la pegó en el Mundial de Qatar, comenzó el culebrón de Ancelotti con la selección pentacampeona. Culebrón que incluso llegó a su capítulo final desde el prisma de la CBF. En junio, el máximo organismo del fútbol brasileño aseguraba a este periódico, en la concentración que su selección tuvo lugar en Barcelona, donde disputó un partido amistoso contra Guinea, que el fichaje estaba muy avanzado. Dos semanas después lo dio por cerrado y firmado, en un anuncio que hizo Ednaldo Rodríguez a los periodistas brasileños presentes en la presentación de Fernando Diniz, el técnico interino de Brasil hasta que Ancelotti se pusiera al mando a partir de la Copa América, fijada para junio del año que viene.

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«Sin firmar no se puede dar nunca nada por hecho», recuerda una persona muy cercana a Ancelotti, que tacha de imprudente a Brasil por creer que tenía atado a Carletto. Un grave error que empeora aún más la situación de la canarinha, que vive uno de los momentos más caóticos de su historia. Son 22 años desde su último Mundial, se fueron a casa en cuartos en el de Qatar, su entrenador tiene carácter provisional y ahora mismo no tiene ni presidente, una vez que Rodríguez fue suspendido y apartado por la Justicia de su país tras descubrirse irregularidades en su llegada al cargo el pasado mes de marzo. Embrollo por el que FIFA ha amenazado a Brasil con excluirla de todos sus torneos, tanto a nivel de selección como de clubes. Mientras, Ancelotti y el Madrid sonríen. Amor renovado hasta 2026