Real Madrid 3 - 1 espanyol
Vinicius no piensa regalar la Liga
El equipo blanco, liderado por otro gran partido del brasileño, levanta el o-1 de Joselu y se pone a seis puntos del Barcelona
El brasileño anotó el 1-1, y Militao y Asensio culminaron la remontada. El miércoles, la vuelta de Champions ante el Liverpool y el domingo, el clásico
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Madrid
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Iniciar sesiónUn partido a las 14 horas es como venir a este mundo el 29 de febrero. No te viene bien. El vermú te lo tomas con prisas. El pincho de tortilla, también. Un partido de fútbol nunca debería contraprogramar el aperitivo, ejercicio social ... sagrado en este país y, sobre todo, de su capital.
Tampoco tendría que ocupar la horquilla habitual de la comida. O del almuerzo, como le gusta decir a nuestros padres y abuelos. Castellano antiguo. Y sabio.
Nadie come antes de las 14.00. Bueno, los foodies más sibaritas dicen que el brunch te llena el estómago. Más bien te alimenta el ego de tu cuenta de Instagram, te vacía el bolsillo y te quedas como las pavías. También come antes mi hija, de cinco años, en su colegio, pero no es el target en el que piensa Tebas. Con razón, obvio.
REAL MADRID 3 - 1 ESPANYOL
FICHA DEL PARTIDO
- Real Madrid Courtois; Carvajal, Militao, Nacho, Camavinga; Tchouaméni (Rudiger, min. 74), Modric (Asensio, min. 72), Kroos (Ceballos, min. 74), Valverde; Vinicius (Ávaro Rodriguez, min. 93), Rodrygo.
- Espanyol Pacheco; Óscar Gil (Pierre-Gabriel, min. 75 (Aleix Vidal, min. 84)), Montes, Sergi Gómez (Melamen, min. 85), Cabrera; Vinicius, Graguera (Denis Suárez, min. 75), Rubén Sánchez (Puado, min. 75); Darder, Braithwaite, Joselu.
- Árbitro Figueroa Vázquez (comité andaluz). Amonestó a Cabrera, Vinicius, Gil, Ceballos y Carvajal.
- Goles 0-1: Joselu, min. 8; 1-1: Vinicius, min. 22; 2-1: Militao, min. 39; 3-1: Asensio, min 93.
Tu cuerpo tampoco asimila con felicidad eso de comer pasadas las 16.00. Ni los restaurantes tienen la cocina abierta para rezagados de manera infinita. Hablo de restaurantes serios. Ya sé que algunos consideráis el McDonalds o el VIPS comida de culto. Que os aproveche.
Así que la mejor de la peor de las soluciones es llevarte el bocata de casa y zampártelo en el descanso. De jamón, con aceite y tomatito restregado, mejor que de tortilla, que luego la patata se hace bola y tampoco hay opción a cerveza (con alcohol) para bajarla. Lomo con queso sería mi plan B, pero no se degusta igual calentito que a temperatura ambiente. Eso solo estaba rico en las excursiones del instituto.
A los periodistas ni siquiera nos queda el consuelo de un plácido cierre. Una crónica masticada y reposada, con una botella de agua en una mano y un boli en otra, forma parte del Pleistoceno. El lector la quiere antes del pitido final, que el papel también es castellano antiguo. Antes del tiempo del descuento, incluso. Menos mal que el Madrid lo suele poner fácil… Venga, hasta luego.
Al Bernabéu llegaba el Espanyol de Diego Martínez, una de las personas que más felices nos ha hecho a los granaínos. Admiración, respeto y agradecimiento. Creo que no se le está valorando en la Catalunya perica cómo se merece, pero si son pacientes descubrirán un entrenador valiente y moderno, con el que pelearán por metas mayores que la de esta temporada.
El Madrid se presentó al partido a las 14.08, cuando Joselu clavó en la escuadra un centro de Rubén Sánchez. Ya había avisado el Espanyol en el minuto tres, con un remate de Braithwaite que mandó a la esquina Courtois. En el gol, doble error. Camavinga pierde su espalda con facilidad, algo por otra cosa lógica. Su exposición en una zona que no es la suya tiene esos riesgos. Además, Militao no tiene bien atado a Joselu, que remata sin oposición ninguna del brasileño. Eder lo compensó con el cabezazo a la escuadra del 2-1 -su sexto tanto de la temporada-, al filo del descanso. Remate a centro con el exterior de Tchouaméni. Delicatessen del francés.
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Antes, el equipo blanco se entregó más que nunca a Vinicius. Ahora mismo, él es el escudo, el alma y el fútbol del Madrid. En el 23, encaró a dos rivales y se los quitó de en medio con una frenada en seco. Camavinga colaboró con el brasileño, sacándole otro oponente de encima con un desmarque al espacio. Los dos últimos llegaron tarde, cuando Vini ya había ajustado la mirilla al palo izquierdo de Pacheco. 1-1.
Rodrygo rozó el segundo con dos buenos chuts, uno de ellos detenido por el portero perico, pero todo circulaba alrededor de Vinicius. También la bronca. O la tomadura de pelo. Requiere una sentada el trato de los colegiados hacia el brasileño. Un soplido suyo es suficiente para llevarse la mano al bolsillo. En una disputa con Óscar Gil acabó en una amarilla ridícula. Ni era jugada prometedora ni la zancadilla pasó de mera faltita. El listón de las cartulinas en contra de Vini está muy por encima de las que provoca, y no es lo mismo jugar con amarilla 60 minutos que sin ella. Decisiones arbitrales que condicionan al mejor futbolista del Madrid. No debería mirarse de soslayo.
Ancelotti, que en otras ocasiones ha sido el primero en frenar el ímpetu y las formas de Vinicius, y que en el día a día en Valdebebas está intentando corregir algunos de sus comportamientos, salió al descanso en defensa de Vini. Charla tensa con Figueroa Vázquez. Con el steadicam como espectador de excepción. Bien hecho. El futbolista que más faltas recibe en toda Europa, algunas de ellas de extrema violencia, acumula ocho amarillas en la Liga. Obsceno.
El enfado de Carletto hizo efecto a los cinco minutos de la segunda parte. Amarilla a Óscar Gil por obstrucción a Vini. Fue una de las pocas noticias de una segunda mitad con la mente en la Champions. El miércoles viene el Liverpool y, a pesar del 2-5, nadie da por finiquitada la eliminatoria. Ahí está el ejemplo del Chelsea la pasada temporada. Los sustos, para el tren de la bruja.
Un disparo de Rodrygo al larguero, en el 74, fue la única acción en la que estuvo cerca del gol, hasta que a Nacho le dio por hacerle un regalo a la afición. En el 93, eslalon de cuarenta metros desde campo propio, para dejar atrás a cuatro rivales y provocar un mano a mano de Asensio frente a Pachecho. 3-1. El Madrid se pone a seis, con el Barça en San Mamés este domingo y un clásico dentro de ocho días. Ahora no sé si toca merendar o cenar. Si no he comido.
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