Pirri, nuevo presidente de honor del Real Madrid

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16 temporadas y 561 partidos con la elástica blanca, 172 goles y 15 títulos hacen balance de lo que significó Pirri para los madridistas. Del mismo modo que Amancio, fue uno de los rostro más reconocibles del Madrid de los yeyé, una generación de futbolistas nacionales que dominó el panorama español en la década de los 60. Y, por supuesto, fueron los artífices de la sexta Copa de Europa.

A pesar de estar acostumbrado a la posición de líbero, aunque también ocupó la demarcación de centrocampista, la llegada al área rival y el instinto goleador de Pirri le colocan como el noveno máximo goleador en la historia del Real Madrid.

El ceutí se crio futbolísticamente en su ciudad natal y en 1964, con tan solo 19 años, le llegó la oportunidad de mudarse a la capital de España. Durante los años que jugó en Chamartín, Pirri conquistó la Copa de Europa de 1966, diez Ligas y cuatro Copas de España. Como internacional con la selección española, el ceutí disputó 41 encuentros y participó en los Mundiales de Inglaterra 1966 y Argentina 1978.

Además de ser el tercer futbolista que más campañas ha estado en el Madrid y el décimo con más partidos en la historia del club, los valores de arrojo que Pirri transmitía trascienden a los números. Fue un jugador capaz de disputar una final de Recopa con el brazo en cabestrillo debido a una fractura de radio o terminar una final de la Copa de España con fiebre y una clavícula rota durante el mismo encuentro.

Este último hecho, que tuvo lugar ante el Barcelona en 1968, provocó que Santiago Bernabéu le otorgara la primera Laureada, una condecoración al valor heroico. «No fue, como muchos piensan, por jugar con el partido de desempate de una final de la Recopa con el Chelsea con el brazo roto. Esto fue en Atenas. Me rompí el radio y jugué. Pero no me la dieron por este partido. Fue por esa final contra el Barcelona del Generalísimo», reconoció Pirri.

Dejó el Madrid en 1980 y fichó por el Puebla mexicano, donde militó durante dos temporadas y finalizó sus estudios de Medicina. Su retirada como futbolista profesional llegó en 1982. Un año más tarde en 1983 se incorporó al cuerpo técnico del Real Madrid. Permaneció en él hasta 1996, cuando pasó a la secretaría técnica y, posteriormente, a la dirección deportiva.

La llegada de Florentino Pérez a la presidencia blanca le apartaron de sus funciones. Más de 20 años después, Pirri regresa al Real Madrid en calidad de presidente de honor, puesto en el que le han precedido Alfredo Di Stéfano, Paco Gento y Amancio, todos ellos imprescindibles para entender la historia y la idiosincrasia del club blanco.