La noche soñada de Mbappé: «Esperaba este momento desde hace mucho tiempo»

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Beatriz Rivera

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La primera duda que suscitaba la inclusión del galo en el once inicial, sobre su ubicación en el terreno de juego, quedó resuelta a los pocos segundos de encuentro. Mbappé jugaría de delantero centro, una posición que no le es desconocida, aunque en ella sus grandes virtudes, como son la explosividad, el desborde y la velocidad, corren el riesgo de verse opacadas. Y, aunque dejó un caño delicioso fruto de la fortuna en uno de sus primeros contactos con la pelota, así fue durante buena parte de la Supercopa. Bien vigilado por los tres centrales del conjunto bergamasco, el francés buscaba deshacerse de ellos con desmarques infructuosos por el buen hacer de la presión italiana sobre los pasadores blancos.

Casi cumplido el cuarto de hora de final, gozó Mbappé de su primer gran oportunidad para abrir el marcador. La profundidad de Valverde por la derecha encontró al francés en el interior del área en una posición franca. Su remate de primeras fue rechazado entre la mano y el pectoral de Hien. A pesar de la tímida reclamación del galo en busca del penalti, el colegiado suizo no apreció nada punible.

La única arrancada que pudo dejar en toda la primera mitad llegó desde la izquierda, donde se siente más cómodo el ariete. Un resbalón seguido de una vertiginosa bicicleta, una pared con Vinicius y un balón que se quedaba muy atrás. Y poco más.

En la segunda parte, únicamente tardó un minuto Mbappé en abandonar su centrada posición para ubicar la zona del campo en la que encuentra su hábitat natural. Tras una buena maniobra de dos toques con su pierna derecha para deshacerse de la marca y encarar a Musso, su disparo con la zurda se marchó muy desviado. Poco después, de nuevo ubicado por la izquierda, filtró un preciso envío hacia Bellingham. El inglés visualizó el desmarque de Kylian hacia la frontal del área y buscó la pared, pero Vinicius no lo entendió de la misma forma y la arrebató el balón.

Tanto el británico como el brasileño, muy inspirados en los segundos 45 minutos, buscaron al francés para que se estrenara como goleador. Primero Vinicius, con un pase de la muerte más fuerte de lo necesario. Bellingham recogió la posesión y, después de dos desmarques de Mbappé indetectables para la zaga italiana, el galo definió a la perfección tras la asistencia del inglés. Un disparo seco y preciso a la escuadra derecha para doblar la ventaja del Madrid.

Sustituido en el 83, la sonrisa en el rostro de Mbappé era imborrable. Su primer gol como jugador blanco, su primer título en Chamartín y su primer éxito europeo a nivel de clubes. Tal y como la definió él mismo, «una gran noche». «Esperaba este momento desde hace mucho tiempo. Jugar con esta camiseta, con este escudo, por esta afición. Y ganamos un título, que es importante, en el Madrid hay que ganar siempre. Estoy muy feliz. Y con el gol también, seguro, es importante para un delantero como yo. Pero lo más importante ha sido poder tener el placer de jugar con este equipo, tenía muchas ganas. Es un gran día», destacaba. «enemos a los mejores en todas las posiciones. Estoy muy feliz con la plantilla que tenemos. Vamos a mejorar, yo el primero. Es un paso positivo lo de hoy», concluyó