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El muro de Klopp y su Liverpool sin rock and roll
La novena temporada de Klopp en Anfield es la más pobre de todas y hoy recibe a su bestia negra en Champions, el Real Madrid
El entrenador alemán tiene un mural a 200 metros de Anfield, en la fachada trasera de una vivienda, que fue inaugurado el pasado mes de septiembre
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Nada más entrar a la terminal de llegadas del aeropuerto John Lennon se puede ver un mural apaisado en una de sus paredes con una panorámica de la ciudad y un curioso mensaje de bienvenida: «En Liverpool se hablan más de sesenta lenguas cada ... día». Paradójicamente, la más utilizada no es ninguna de esas sesenta, ni siquiera el inglés. Aquí el idioma vehicular es el fútbol. La ciudad de los Beatles acoge una de las rivalidades más antiguas de Inglaterra y, también, más desiguales. No hablamos de una ciudad mitad red mitad toffee. El Liverpool tiene una masa social más numerosa y una historia más lustrosa que el Everton, pero ambos le dan un color especial a una ciudad ligeramente menos industrializada que Mánchester, las dos más relevantes del norte de Inglaterra, pero con el mismo tono plomizo en el cielo, rojo en el ladrillo de sus casas, y ambiente húmedo y frío en lo climatológico. Aquí ver el azul del cielo y el sol es más complicado que acertar la combinación del Euromillón.
El color y el calor lo pone el fútbol y, sobre todo y en especial en estos últimos años, el Liverpool de Jurgen Klopp, que mide hoy al Madrid en la ida de los octavos de final de la Champions. El germano es el técnico más laureado y querido de la historia moderna del club. Lo dice su palmarés y ese intangible llamado carisma, del que va sobrado y tiene totalmente enamorado a su afición, dispuesta hasta ceder su casa para poner un mural del entrenador alemán. A 200 metros de Anfield, en la esquina de Randolph Street con Burnand Street, el pasado mes de septiembre el artista callejero Hugh Whitaker pintó la fachada trasera de una casa con una de las imágenes más icónicas de Klopp: sonrisa profiden y puño derecho apretado en alto, en señal de victoria y felicidad. Junto a su rostro, 'BOSS, Y´know he said so' la canción más popular de Anfield en honor a Klopp, cantada a ritmo del 'I feel fine' de los Beatles: «La dueña dijo que nos cedía su fachada encantados», revela Whitaker.
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En Liverpool es prácticamente imposible escuchar una sola voz crítica hacia Jurgen, que no solo le dio la sexta Copa de Europa de su historia al Liverpool (2019), sino que le hizo campeón de la Premier en 2020, treinta años después de su última liga inglesa. Adoración eterna, incluso en su temporada más complicada como entrenador red. Eliminado de la Copa inglesa y de la Copa de la Liga, octavo en la Premier sin opción alguna de ganarla y a seis puntos de distancia de la cuarta plaza, y eliminatoria de máxima dificultad en Champions ante el vigente campeón y bestia negra de los últimos años. El Madrid le ganó al Liverpool la final de 2018 en Kiev, la del pasado año en París y la eliminatoria de cuartos de 2021: «Son partidos diferentes. No he vuelto a ver la final de París hasta este pasado fin de semana… Ahora entiendo por qué lo hice», dijo ayer entre risas Klopp: «Hicimos una buena final, pero no conseguimos ganar. En ese tipo de encuentros se puede ver la experiencia del Real Madrid. No tienen que hacer un partido especial para ganar. No puedes hacer nada que les haga entrar en pánico. Es lo que puedes aprender de ellos», reflexiona el germano.
Poco fiable
Este Liverpool de Klopp es el que más derrotas ha sufrido (10) desde su primera temporada en el banquillo red (12), y aún tiene por delante tres meses y medio más de competición. Además, es el que más goles encaja y menos tantos anota y, precisamente ahí, en la debilidad en las dos áreas y en la poca fiabilidad del equipo, coyuntura en la que seguramente también ha influido la plaga de lesiones, el Liverpool de Klopp se ha desangrado. Hace dos semanas, estaba más cerca de los puestos de descenso que de optar a la cuarta plaza. Las victorias, sin brillantez, ante el Everton y el Newcastle le han dado moral y confianza, pero el juego sigue estando muy lejos de ese rock&roll que tanto le gusta a Klopp y ha maravillado a Anfield: «Hemos vuelto a parecer un equipo, pero todavía tenemos que demostrar más. Necesitamos más resultados positivos. Será un partido especial y espero que Anfield esté en alerta. Nos vieron en mejor forma en los últimos dos partidos y tienen que esperar cosas mejores. El Madrid siempre es súper competitivo y súper difícil de vencer, pero merece la pena volver a intentarlo».
En el Madrid, la doble noticia negativa son las bajas de Kroos y Tchouaméni, dos titulares cuya ausencia deja mermada la zona del centro del campo. La gastroenteritis del alemán le ha debilitado tanto que, además de no jugar ante el Elche y Osasuna, ni siquiera pudo viajar a Liverpool, como tampoco el mediocentro francés, aquejado de una gripe. Sí lo han hecho los canteranos Mario Martín, Arribas y Álvaro Rodríguez: «Tenemos fresco el recuerdo del año pasado y fue muy bonito, pero esto es distinto. Son dos partidos y aquí sabemos lo que nos espera. Intensidad y presión, un partido donde no se tiene tiempo para respirar. Te aprietan, te aprietan y no dejan de apretarte», advierte Ancelotti.
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