Es fútbol y es femenino
Olga Carmona, un golazo sin renovación
«Se dejaría ir a una jugadora excepcional, un referente mediático adorado por multitud de niñas; sería como quitar el puntal que sujeta la exigua estructura del Real Madrid femenino»
Las inexplicables sillas vacías de la Liga F
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Iniciar sesiónEl domingo jugó por primera vez el Real Madrid femenino en San Mamés. Las blancas vencieron en la catedral por 1-2. El gol de la victoria lo consiguió Olga Carmona en una jugada en la que todo lo hace bien: recupera en medio ... campo, levanta la cabeza, ve la posición adelantadísima de la portera y desde muy lejos y para adentro, marca un golazo como otra catedral.
Un golazo que llegó con recordatorio: Olga Carmona sigue sin renovar con el club blanco y su contrato vence el 30 de junio. La sevillana tiene una oferta de cifras mareantes en Inglaterra y su idea, a fecha de hoy, tal y como indican fuentes internas de Valdebebas, es clara: irse. Si Olga Carmona llega a salir sería la enésima capitana que en sus cinco años de historia abandona el Real Madrid. Antes ya lo hicieron Ivana Andrés, Kenti Robles, Marta Corredera, Claudia Zornoza y Mayte Oroz.
La hipotética salida de Olga Carmona sería si cabe una muestra más de todo lo que rodea al fútbol femenino español y al club madridista en particular. Por un lado, como tantas veces hemos contado, la descomunal desbandada de talento que confirma la crítica situación económica de los clubes, incapaces de retener a sus jugadoras frente a las ofertas que llegan de Inglaterra y de EEUU.
Por otro, la absoluta falta de planificación profesional. Las decisiones se toman desde el punto de vista personal, lo que hace que sean técnicamente erróneas o contraproducentes. Las vendetas, las traiciones y la lucha de egos van por encima de la mera estrategia futbolística, lo que lleva al fútbol femenino a un callejón sin salida. Se hace evidente que el crecimiento se ha producido de forma artificial, desordenada y sin ningún plan, ni a presente ni a futuro.
Olga Carmona es una de las jugadoras que firmaron la carta que pedía la salida de David Aznar del club madridista, otro de los traicionados (aunque el no lo crea) por parte de la dirección deportiva del Real Madrid femenino. Esa dirección deportiva, capitaneada por Ana Rosell, como en un juego a dos bandas, fluctúa de manera irracional y aleatoria: se critica a las árbitras, pero se mantiene la amistad con los dirigentes arbitrales; se juzga a la Federación, pero se pasea con seguridad e integridad por Las Rozas y alrededores; hoy acompaño a mi superior a La Liga F que vota en contra de todo, pero después se asegura en círculos allegados que «no tienen ni idea ni de fútbol, mucho menos de femenino».
Por si fuera poco, con la más que probable salida de Olga Carmona, se perdería a la jugadora con más notoriedad y relevancia, llamada a convertirse en altavoz de la plantilla, querida por la afición y admirada en el vestuario. Ya le pasó a Asllani; y a Marta Cardona, y a punto ha estado de pasarle a Misa, aunque tarde o temprano, le acabará por suceder. Si destacas por demasiado brillante, carismática y respetada, ojo: tienes peligro de desaparecer.
En este recién estrenado mes de marzo el Madrid tiene por delante un maratón de nueve partidos. Se lo juega todo: Liga, la Copa con el Barça y la Champions con el Arsenal. Y ya no vale el «somos un equipo joven, nos estamos asentando» como excusa. Con un presupuesto que ocupa el segundo escalón europeo y en los primeros lugares por ingresos, el problema de que no lleguen los logros deportivos no es por falta de solera y experiencia o por la joven trayectoria del equipo. El problema es sencillamente la falta de identidad y de arraigo con la afición y con el club, además de una falta de estrategia visible. Y no es sólo un caso que se dé exclusivamente en el primer equipo. ¿Alguien tiene respuesta a la no titularidad de Paula Comendador en el filial?
La hipotética (¿y cercana?) pérdida de una jugadora del calibre de calidad técnico, mediático y popular de Olga Carmona sería como quitar el puntal que sujeta la exigua estructura del femenino. No sólo se dejaría ir a una jugadora excepcional, campeona del Mundo. Además se acabaría con un referente mediático adorado por multitud de niñas. Eso, sin contar con que el equipo perdería a una de las piezas clave que componen el complicado puzle del Real Madrid.
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