El Madrid pasa por encima del Girona y encarga media Liga

Antes de esta 'final' inesperada de la Liga ante el Girona, en los aledaños del Bernabéu se olía el festín y la gente se distraía con humor. ¿Qué adultera más la Liga? Se preguntaba la parroquia. Opción A, los vídeos de RMTV. Opción B, el VAR del Girona-Real Sociedad. Opción C, el techo cubierto del Bernabéu. Opción D, el madridismo sociológico. No era una encuesta del CIS, aunque lo pareciera. Xavi sería un buen heredero de Tezanos. Gil Marín, también.

Ante el Atlético, hace solo seis días, el Madrid rompió un plato, pero la vajilla quedó intacta y la cubertería solo necesitaba una pasada por el Mistol. Ahí estaba Vinicius, baja en el derbi, para cortar la cinta de la victoria a los seis minutos.

Conducción del brasileño desde la banda hacia la frontal del área, zapatazo al interior del palo izquierdo de Gazzaniga y balón a la red. El tanto del brasileño, que ya tiene una colección de golazos, entra directamente en su top five. Fuerza, colocación y efecto. 1-0.

Vinicius, más generoso que nunca en tareas defensivas, hizo de Couto un lateral extravagante de pelo rosa fucsia, que se marchó entre lágrimas del Bernabéu, cuando es junto a Carvajal el mejor ‘2’ del campeonato. Partidazo del brasileño, que en el 35 se inventó el 2-0. Mutación a Modric para sacarse de la nada un pase con el exterior en campo propio hacia la carrera al espacio de Bellingham. El inglés superó la salida de Gazzaniga con un recorte y colocó el segundo con un pase a la red. ¡Hey Jude!. 

El Girona ni siquiera disparó a puerta, ni fuera, en los primeros cuarenta y cinco minutos. Cuando lo quiso, y pudo hacer, estaba Carvajal como central en la zona izquierda. Acción defensiva ante Dovbyk, inocuo en el Bernabéu. cuando ya iba a fusilar a Lunin. El ucraniano, asentado como titular por delante de Kepa, ni se manchó los guantes. Con los pies, tiene mejor juego que muchos futbolistas de Primera. Y por alto, no le tose casi nadie. No es Courtois, pero no está tan lejos.

Lucas subía su banda como un esprint de Fermín Cacho en Barcelona 92 y regresaba a su área como el Red Bull de Verstappen. Termina contrato en verano. Está tardando el Madrid. De Bellingham, aparte de gol, controles y acciones técnicas propias de la versión prime de Zidane. Es el Gene Kelly del fútbol moderno.

Tras el descanso, el Madrid necesitaba no dormir el partido, como contra el Atlético, y cerrar cuanto antes el resultado para evitar sustos ya conocidos. El Girona demandaba zozobra y agitación, y eso intentó Míchel con la entrada de Pablo Torre en lugar de Portu. La primera parte del murciano fue más triste que una lata de calamares en salsa americana como cena de sábado noche.

La variación del Girona generó unos primeros minutos de ataque catalán, pero Vinicius, que es mejor que el primer día del verano, tenía prisa por irse a casa y descansar, que el martes vuelve la Champions. En el 54, jugada individual por la izquierda, molde para Couto, centro, mal despeje de Gazzaniga y balón con confeti para Bellingham. Decimosexto tanto del inglés, pichichi en solitario de la Liga, y cambio. Lo pidió él. Se fue con el tobillo izquierdo lastimado tras sufrir poco antes del 3-0 un pisotón de Pablo Torre.

Hizo bien Ancelotti en cuidar este tobillo del británico. Nunca hay que probar la profundidad del río con las dos piernas a la vez. Con el partido cerrado, la Liga muy enfilada y el Leipzig en 72 horas, Jude necesita hielo, cama y que, si es posible, lo lleven en avión a Alemania directamente desde su casa.

Rodrygo, que lleva un 2024 como la climatología, seco, cerró la goleada con una buena jugada personal que finalizó con un disparo con la derecha, imparable para Gazzaniga. Partido número 199 del brasileño con la camiseta del Real Madrid y tanto número 50. Le vendrá bien volver a ver portería.

La media hora final fueron los créditos de una película de tiros que se avecinaba igualada, pero solo tuvo un protagonista. El Girona, que hasta ayer no había perdido ningún encuentro como visitante, se llevó cuatro del Bernabéu, que sumados a los tres que recibió en la primera vuelta en Montilivi hacen un parcial de 7-0 a favor de los blancos.

Pudo ser uno más, pero Joselu mandó al palo un penalti en el noventa, fabricado por Guler, que volvió a tener minutos tras su estreno en Copa en Aranda de Duero hace un mes. Fue la única nota negativa de un partido perfecto que deja al Madrid más cerca de su Liga número 36.