El Madrid se lo gana en el campo: victoria en el 92 con uno menos y liderato por Navidad

La primera mitad se la podía haber ahorrado el Madrid. Y también el Alavés. Ver por trigésima vez 'Solo en casa' hubiera sido un plan más divertido. Partido sin ritmo, con demasiadas interrupciones y faltas, pitadas y no pitadas, que exasperaron a los blancos. Sobre todo a Brahim, Rodrygo y Bellingham. Si pasaba el balón, ellos no lo hacían. Premisa clara por parte de Luis García Plaza.

Solo en dos ocasiones Sivera se vio exigido por los de Ancelotti. La primera, a los 70 segundos de partido. Acción individual de Brahim, pase filtrado a Valverde y el disparo del uruguayo, al palo corto, lo sacó con pie duro el guardameta del Alavés. En el 38, Fede sacó el pie de acero a pasear, pero su trallazo, centrado y desde 25 metros, lo repelieron los puños de Sivera. Una falta lateral de Kroos, que no encontró rematador y se fue envenenando en su recorrido hasta acariciar el palo izquierdo de la portería vitoriana, también se puede apuntar en la lista de ocasiones blancas. Exigua, para lo que suele estar acostumbrado el Madrid.

En el Alavés, bien posicionado, Samu era el foco de peligro. Un remate suyo, a las manos de Kepa, y sus duelos con Rudiger, hormigón al cuadrado, pusieron la calefacción en un Mendizorroza metido ya de lleno en el invierno que este viernes comienza de manera oficial. Qué daño le hizo al Granada el Atlético y qué lujo de cesión para el Alavés. Doble decisión que va camino de mandar al equipo andaluz a Segunda y mantener al vasco en Primera.

Tras el descanso, el enfado por el nefasto modo en el que Díaz de Mera manejaba disciplinariamente el partido confundieron a Nacho, que en el 54 se auto expulsó. El canterano clavó sus tacos en el pie izquierdo de Samu, que esperaba de espaldas para recibir un balón en el centro del campo. Fea e innecesaria entrada, como en Montilivi.

La ventaja numérica de los vitorianos, como tanta otras veces cuando el Madrid está delante, acobardó al rival de los blancos y sacó la mejor versión del Real, que cuando la cuesta se empina tiene más agallas que ninguno.

Brahim y Rodrygo se echaron el equipo a la espalda, mientras García Plaza miraba el reloj sabedor que a su equipo se lo iba a llevar por delante el guión más repetido de la historia del fútbol. La tuvo en el 75 Goes con un disparo que no encontró la escuadra por centímetros. Primer aviso. El segundo, ya fue a la jaula.

En el 92, el Alavés regaló un balón en la salida de balón y la jugada acabó en un córner en el que nadie defendió a Lucas. El poder intimidatorio de Rudiger y Bellingham atrajo a toda la defensa vitoriana y propició un remate limpio del gallego. 0-1 y líderes al parón. El Madrid habló sobre el campo, como siempre.