El Madrid avista Wembley entre pasillos y goleadas

Da igual si es el equipo A, B o Z. El Madrid es la flor de moda de una primavera que huele a Galán de Noche en el Santiago Bernabéu. Aroma de campeón, de equipo de época, con la final de Wembley en el horizonte.

Allí estará, salvo giro inesperado de los acontecimientos, Thibaut Courtois. Anoche volvió a ser titular y ya acumula tres partidos en la mochila. Fue su actuación más exigente, con buenas paradas a Samu y Hagi en los acercamientos que tuvo el equipo de Luis García Plaza. Una de ellas, al rumano, mano abajo y dura como en sus mejores tiempos. Versión más que suficiente para ir a Londres con el sello de titular en el pasaporte.

Porque Ancelotti, magnífico centrocampista y mejor entrenador, sabe que una final de Champions no es un premio, sino el partido más importante de la temporada. La sorpresa sería que la jugara Lunin y no el mejor portero del mundo. El fútbol de élite no hace prisioneros.

Estuvo señor el Madrid, como de costumbre, guardando un minuto de silencio en memoria de Menotti. Ya lo hizo en el partido del Castilla y del femenino del pasado domingo. Como señor estuvo el Alavés haciéndole el pasillo al campeón. Lo que no estaba en los planes de García Plaza era la alfombra roja de después.

Alfombra que no es, en estos momentos, el césped del Bernabéu. Ante el Alavés, demasiadas calvas. Tiene trabajo el club este verano para afinar en el cuidado del verde. Mientras, incluso en un campo irregular, el equipo se gusta. Gol número 19 de Bellingham en Liga, y dos asistencias más. Tantos 22 y 23 de Vini en el total de la temporada, 'escuadrazo' de Valverde y otra muesca en el revólver de Güler. Velocidad de crucero hacia Londres.