Kiko Casilla: «Lo de la prórroga en Milán de Simeone fue un puedo, pero no quiero»

-¿Qué recuerda de la final de 2016?

-Era mi primera final y recuerdo cómo todos mis compañeros estaban súper tranquilos. Yo acababa de llegar, era mi primera temporada y la primera vez que competía en Champions, pero no la de Cristiano, Modric, Benzema o Kroos. Yo era el novato y sabía que el Atlético siempre te lo va hacer pasar mal, y más en una final, pero para mis compañeros esa era una final más. Empezamos bien, con un gol temprano, que no se sabe si fue en fuera de juego o no, pero a partir de ahí lo pasamos mal. Ellos tuvieron ocasiones para empatar, hasta un penalti, y lo lograron, y en los penaltis podía pasar de todo. En los dos equipos había muy buenos lanzadores, pero la suerte estuvo de nuestro lado. La clave fue no fallar ningún penalti.

-La sensación que dio es que el Atlético llegó a la prórroga con un punto más físico y emocional, pero que eso lo abortó el Cholo con su estrategia conservadora.

-Es verdad que ellos físicamente estaban un puntito más por encima que nosotros, pero el Cholo no quiso correr riesgos y prefirió aguantar con el bloque defensivo bien colocado y sin arriesgar. Y si eso no le salía, pues confiaba en la tanda de penaltis. Fue también como un puedo, pero no quiero. Sabía que estaba mejor que nosotros, pero tampoco quiso arriesgar para que no le cogiéramos en una contra. Así que decidió esperar, aguantar y cazar alguna ocasión. Imagino que no debe ser sencillo tomar decisiones en una prórroga de una final de Champions, y él decidió esa.

-¿Cómo explica que Oblak no se tirara en ninguno de los penaltis? ¿Se bloqueó?

-Yo creo que no fue un bloqueo, sino una estrategia. Es verdad que hubo muchas críticas, pero fue una estrategia. En lugar de tirarse a los lados, decidió aguantar en el medio pensando que algún lanzador del Madrid quisiera asegurar y disparar al centro. Son decisiones que un portero toma de acuerdo a vídeos que ha visto y a lo que ha planificado con el entrenador de porteros. A él en ese momento no le salió bien, pero si alguno de los disparos llega a ir al centro, como por ejemplo pasó con Bernardo y Lunin la pasada temporada en el City-Madrid, lo hubiera parado. Cuando sale mal te lo van a criticar y te van a decir que por qué no te has tirado a ningún lanzamiento, pero si hubiese parado dos casi sin tirarse hubiesen dicho que es un fenómeno.

-Tras el penalti ganador de Cristiano, acabó debajo de la piña…

-Nos fuimos todos corriendo a por él y llegué el primero junto a Arbeloa. Y luego ya recuerdo estar dentro de un túnel del que no podía salir. Es que casi no podía ni respirar, con todo el mundo encima mío. Ganar una Champions con el club con el que me formé fue muy emotivo.

-Bueno, realmente fueron tres. Y consecutivas. La segunda, la de 2017, también con el Atlético como víctima. Esta vez en semifinales.

-Y a doble partido el Atlético te lo hace pasar todavía peor. Para meterle mano en una eliminatoria tienes que estar muy bien y que ellos no tengan el día, al menos en uno de esos dos partidos, y eso es lo que pasó en la ida de 2017. Hicimos un partido muy completo y fuimos muy contundentes, con el hat-trick de Cristiano. Esos partidos de Champions en el Bernabéu, no me digas por qué, pero hueles que son distintos y que van a pasar cosas. Y, casi siempre, buenas.

-Un 3-0, sí, pero en la vuelta dos goles encajados a los 16 minutos ¿Temió por la eliminatoria?

-Durante toda la semana, todo el mundo daba por hecho que ya íbamos a pasar seguro, pero con el 3-0 del Bernabéu ellos tenían poco que perder y mucho que ganar. Eso ayudó a que se pusieran 2-0 en 16 minutos. Recuerdo que nos miramos en el banquillo y dijimos «cuidado, que esto no está hecho y que podemos tirarlo todo en solo una primera mitad». Ellos estaban encendidos, el estadio también, y la eliminatoria podía peligrar, pero salió el genio Karim y se inventó aquella jugada.

-Sin esa barbaridad de Benzema, igual la eliminatoria hubiera cambiado de desenlace.

-Es que hablamos de un futbolista con un talento innato, que en ese preciso momento se extrae de la caldera que era el Calderón y de la flecha hacia arriba del Atlético, y muestra su sangre fría y su mentalidad ganadora. Para mí, más que el triplete de Cristiano, la clave de la eliminatoria es esa jugada de Benzema. Lo cambia todo, sobre todo la agresividad de cómo venía el Atlético. Y, además, te da la calma para jugar como teníamos que jugar.

-Para muchos, en esta ocasión el favorito es el Atlético. ¿Lo comparte?

-Para mí no es favorito el Atlético, aunque haya pasado lo que haya pasado en Liga en las últimas semanas. Por historia en Champions, el Madrid está por encima y es el favorito. Sabe mejor que nadie cómo gestionar estas eliminatorias. Ahora, como venimos de que el sábado pasado el Madrid perdió en el Villamarín y el Atlético ganó al Athletic, la gente piensa que ya es favorito el Atlético, pero yo no lo veo así. Es verdad que el Atlético tiene un plantillón, el más completo de los últimos años, pero yo creo que pasa el Madrid. Se ha cambiado de generación casi sin darse cuenta, y el Madrid ha seguido ganando Champions. Estoy convencido de que pasará la eliminatoria.