El segundo palo
Gana el antimadridismo: fiesta en el planeta del rencor
«Supone un motivo de orgullo el hecho de que se haya instalado en el inconsciente colectivo que el Madrid fracasa cuando no gana la Copa de Europa»
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Iniciar sesiónDe la bilis de color amarronado recogida al enfermo de antimadridismo se deduce que el Real Madrid debería ganarlo siempre todo y arrasando a sus rivales. Es tal el nivel de excelencia exigido al club blanco por parte del antimadridista que no es capaz de ... asimilar algo que sí entiende sin embargo el madridista y es que existe la remota posibilidad de que un año de cada dos no logre ganar su competición, que es la Copa de Europa, dándole la oportunidad de hacerlo a otro de los treinta y cinco invitados que participan a través de la wild card de Florentino. En el fondo, incluso en un día tan triste como el de la eliminación del equipo en la Champions, supone un motivo de orgullo el hecho de que se haya instalado en el inconsciente colectivo que el Madrid fracasa cuando no gana la Copa de Europa. En resumen: sin la existencia del antimadridista, que sólo vive para recordarnos a los madridistas que el Real Madrid es el mejor de largo, habría sido imposible ganar quince Copas de Europa, seis de ellas en los últimos once años.
Para bien o para mal, todo en el fútbol mundial gira invariablemente alrededor del Sol, que es el Real Madrid. Y también lo hace por supuesto ese planeta enano, desagradable y feo de ver y que no hace otra cosa que supurar envidia llamado Antimadridismo. Recuerdo que la tripulación de Espacio:1999, la magnífica serie británica de los años 70 sucedáneo de la americana Star Trek, aterrizó allí una vez y sus rencorosos y peludos habitantes, que vivían en cuevas oscuras, recibieron al comandante Koenig, interpretado por Martin Landau, disparando con metralletas de hiel. Olía a envidia y todos salieron de allí pitando.
Hoy pienso ser más original que nunca y no voy a recomendarle al Real Madrid qué debe hacer para ganar la Decimosexta. A buen seguro que en la prensa deportiva española, que es profundamente antimadridista, aparecerán guías con consejos prácticos de cómo hacerlo firmadas por periodistas objetivos del Atleti, el Sevilla o el Valencia, que no escribirán con la bufanda al cuello como lo hago yo. Uno tiene que ser humilde y, más aún si cabe durante la Semana Santa, actuar con cierto recogimiento y admitir, no sin grandes dosis de modestia, que periodistas de equipos que sólo han visto la Champions por foto y a través de Google vengan a decirle a un madridista cómo se gana una Copa de Europa. Es su día. ¡Fiesta en el planeta del rencor!
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