Una pataleta ridícula del Real Madrid

Pero llegado el día de la verdad ('France Football' esta vez renunció a la foto previa con el ganador para su portada, precisamente para evitar filtraciones y deserciones individuales en la gala de entrega), al Real Madrid, y al futbolista franquicia escogido para la ocasión, no le salieron los votos. Y al enterarse (mucho antes de anunciarse) el club en su conjunto derrapó en la reacción con una pataleta infantil tan ridícula como sonrojante, impropia. Una mancha gigante para su imagen. Ese 'pues como no gano, no voy' no se ve ya ni en los colegios. Pero al Madrid, y necesariamente al que lo preside, le redondea una semana esperpéntica y dañina en lo estético.

Ya salió malparada del clásico la institución y no tanto por el 0-4 que le aplicó el Barça como por la negativa de los jugadores a hablar tras el varapalo. Sólo Ancelotti dio la cara por los blancos. Y no le dejaron tampoco en buen lugar los episodios de racismo ocurridos en su estadio, después de escupir hacia arriba durante meses alardeando de la ejemplaridad del Bernabéu y pidiendo castigos por el mal hacer de otras entidades como si los episodios de violencia en las gradas tuvieran que ver con la nobleza de los escudos y no con el comportamiento concreto de unas cuantas personas indeseables que lamentablemente se esconden en todas las masas.

El rizo llegó con este insólito plantón institucional contra France Football (revista que le ha llenado históricamente de condecoraciones) porque después de tener listo el champán para descorchar esta vez no hizo ganar a Vinicius (o a Carvajal, llegaron a pronunciar para justificar su rabieta, al que habían ninguneado hasta con desprecio en las semanas de liturgia previa). Una vergüenza que retrata los nuevos tiempos de un club señor que al parecer no sólo le cambió la letra y la música a su himno, también su espíritu. Cuando pierde, el Madrid ya no da la mano.