No es volar, es caer con estilo

Una de las claves de mejora del equipo han sido un par de pequeños ajustes tácticos de Ancelotti, el eterno criticado. Empezando por liberar algo más a Bellingham y pasando por el forzado exilio de Tchouaméni a la zaga (de donde no debería de regresar hasta nuevo aviso). Porque este nuevo esquema con doble pivote parece favorecer al once blanco y a un Dani Ceballos renacido. Lástima que, como siempre, el utrerano esté más pendiente de seguir mandando guiños al Betis (esa historia interminable, como Ross y Rachel en Friends) que de tratar de reconducir y asentar su errática trayectoria con el Madrid. Tampoco se caracterizó nunca por tener demasiado buen timing para los caños ni para los guiños.

Bonito homenaje a Jesús Navas en el día de su retirada, justo veinte años después de su debut en el mismo escenario. Hay una costumbre innegable que dice mucho de la grandeza del Madrid: a todos los jugadores, ya sean viejos amigos o eternos rivales, les gusta poder retirarse y tener un homenaje especial jugando contra el Real Madrid. Es algo de lo que poder sentirse orgulloso.

Lo que parece mentira, viendo por última vez a Navas, es que no vayamos a disfrutar nunca más de sus cabalgadas por la banda. No me importaría, desde luego, una cesión para que alternara en el lateral derecho con Lucas Vázquez al menos hasta final de temporada.

LaLiga se va al parón navideño muy abierta, sin que el Madrid haya tenido que pagar demasiado cara su empanada inicial. Debería ser el reto para el equipo intentar ganar dos campeonatos ligueros consecutivos, algo que no consigue desde las temporadas de Capello-Schuster (cuando Navas era una joven promesa). Su principal y casi única asignatura pendiente es conseguir eso: una mayor regularidad en el campeonato doméstico.