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Esbozos y rasguños

Sociedad Ilimitada

«A veces me cuesta creer que Bellingham sea tan bueno a la vez que tan consistente. Tiendo a pensar que algo oscuro nos oculta»

Tres nombres propios

Bellingham, Vinicius y Tchouaméni celebran el gol del Real Madrid AFP
Javier Aznar

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Bellingham-Vinicius. La sociedad formada entre el inglés y el brasileño es todo lo que soñamos un día que podrían haber sido juntos Hazard y Benzema y nunca pudo darse. El entendimiento entre los dos es total y perfecto. Una relación simbiótica en la ... que uno realza las virtudes del otro. Juntos consiguen hacer fácil lo difícil. El pase con el exterior de Vinicius y la finalización posterior de Bellingham ante el Girona fue una de esas jugadas que se ven muy claras desde el asiento, pero cuyo éxito final requiere de un montón de pequeñas y delicadas piezas de esas que los mecánicos te dicen siempre que tienen que venir de Alemania (como Bellingham). Un derroche conjunto de facultades técnicas y físicas. Aparte de la visión de juego que precisa ver el desmarque y tirar el pase, el acabado fue un excelso ejercicio de flexibilidad, agilidad y elegancia. A veces me cuesta creer que Bellingham sea tan bueno a la vez que tan consistente. Tiendo a pensar que algo oscuro nos oculta, un poco como Zidane, que era tan perfecto que luego se tenía que liar a cabezazos con unos y otros cuando se calentaba para recordarnos que también era humano.

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