Javier Aznar: «Redondo y Coentrao son los que más me han hecho llorar»

—¿Su primer recuerdo del Madrid?

—El Madrid-Barça de la temporada 1996-97, la de Fabio Capello. Ganamos 2-0 al Barcelona de Ronaldo y Bobby Robson. Marcaron Suker y Mijatovic y la afición coreó el nombre de Andrea, el hijo enfermo de Pedja

—¿Es capellista?

—Bastante. Ganó dos ligas de dos intentos. La segunda con Emerson y Diarra, Cassano apartado, Beckham que no quería renovar y varías remontadas agónicas. Su metodología no era la más vistosa, pero sentó cimientos. Para mí, la base del éxito del Madrid moderno, con fichajes muy interesantes, aprovechando la entrada de la ley Bosman, como Roberto Carlos y Seedorf.

—Hay personas que no son del Madrid.

—Es lo que le hace más divertido. Mucha gente tiene que estar pidiendo perdón por ser del Madrid, pero esa rivalidad con el resto es beneficiosa.

—¿Ganar al Barça o al Atlético?

—Yo no distingo, a los dos. En los últimos años ha habido cierta condescendencia con el Atlético. Se les ha mirado un poco como inofensivos, y yo he sido educado por un madridista que me enseñó a tenerle el mismo respeto y la misma manía a ambos. Lo digo como un elogio al Atlético y no una crítica.

—¿Qué hay más importante en la vida que el Real Madrid?

—Eso decía Valdano, que el fútbol es lo más importante de lo menos importante. El Madrid y el fútbol me permite conectar con personas inesperadas y muchos temas que, a priori, podían no estar ahí. Mi infancia, la cultura… Nunca me ha gustado que hagan de menos mi afición al Madrid y al fútbol.

—¿Qué futbolista del Madrid más le ha hecho llorar?

—Redondo y Fabio Coentrao, por motivos diferentes.

—¿Fabio Coentrao?

—Soy un gran defensor de Fabio Coentrao, hasta cierto punto. Como un abogado de estos que sabe que su cliente tiene mucha culpabilidad. Coentrao era cumplidor en momentos inesperados. Había algo ahí en él entre lo cómico, incomprensible y dadaísta, que me parecía fantástico. Un personaje entrañable.

—¿Madrid o selección española?

—Ser aficionado de tu equipo conlleva un seguimiento distinto, un sentimiento diferente al de la selección española. Yo me alegro más por una victoria del Real Madrid que por una victoria de la selección española, y no me duelen prendas reconocerlo. Son como dos deportes distintos. Tu club es tu rutina, y hay mucho encanto en la rutina. La selección es como una cosa de verano, un entretenimiento. El día a día del club lleva al límite las alegrías y los disgustos.

—¿Cuántas Ligas y Copas del rey hubiera ganado el Madrid sin Negreira como vicepresidente del CTA?

—Eso sería fútbol ficción, pero es evidente que se deberían haber hecho las cosas mucho mejor. Algo ha tenido que afectar al Madrid el caso Negreira.

—¿Le gusta que el Madrid sea un aliado del Barça?

—En el fondo creo que nunca han sido tan aliados. Saben que se necesitan y parte del éxito de uno y de otro equipo en este siglo ha sucedido porque entre ellos se han ido exigiendo. Cuando uno tenía a Messi, el otro sacaba a Cristiano. Cuando uno tenía a Guardiola, el otro sacaba a Mourinho. Rivalidad que por pura necesidad, a veces, se ha transformado en una amistad, pero nunca del todo sincera.

—¿Es Florentino Pérez mejor presidente que Santiago Bernabéu?

—Es un muy digno sucesor de Santiago Bernabéu y, probablemente, conseguirá los mismos éxitos.

—¿Cuál es su Champions y su final favorita de Champions?

—Final, la de Lisboa. Allí estuve con buenos amigos, como David Gistau. Le recuerdo escribiendo una columna antes del partido con una facilidad envidiable. Le tengo mucho cariño a ese viaje y a ese partido. La Champions favorita, la del año pasado. Por lo improbable y lo inesperado. No entraba en el guión. Muchos pensaban que iba a ser una travesía en el desierto sin Cristiano y, de repente, esa magia de Benzema, que yo no se la he visto a nadie. Sabías que él te iba a ganar los partidos. Es una de las cosas más bonitas que he vivido en el fútbol.

—¿Cómo valora esta temporada?

—Yo al Madrid lo que le pido es estar donde está ahora. Semifinales de Champions, final de Copa o cerca. Es cierto que la Liga está dejando un sabor amargo, pero también es verdad que ha afectado el Mundial, un Benzema tocado después de ganar el Balón de Oro y no tener un sustituto para él de garantías. Para mí es una buena temporada. Un razonable éxito.

—Vinicius, ¿víctima o responsable?

—Muchos rivales, aficionados y analistas llevan tiempo empeñados en restar valor, calidad e, incluso, inteligencia a Vinicius. Y Vini se ha propuesto ser el mejor sin su permiso. Les molesta que no agache la cabeza. Dicho esto, es joven y le falta templanza en ciertos momentos. Pero si quieres a Vini, no puede ser a medias. Tienes que querer el pack completo. Se calmará con el paso del tiempo, pero no puedes querer el espíritu de Vinicius, y que sea comedido y razonable cuando le pegan tarascadas. Yo le entiendo.