Esbozos y rasguños
Una noche de las de antes
Quien quedó algo retratado fue un Kepa Arrizabalaga que tras su lesión ha vuelto con un halo de duda a su alrededor
La niebla de la batalla
Superliga, Superlucas
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Iniciar sesiónFue una semifinal tan vistosa y disputada en Riad que el árbitro optó por dejar antes del descanso cuatro minutos de descuento absolutamente innecesarios, suponemos que por ver si ocurría alguna otra cosa. Daba hasta pena mandar a los jugadores a la caseta por si ... se enfriaban y volvían más espesos. No ocurrió tal cosa. Y es que tuvo de todo el partido. Hasta cuatro defensores marcaron (o seis si contamos los autogoles de Kepa y Savic). Incluyendo un tanto con giro de tobillo y sutil golpeo con exterior con mucha clase de Ferland Mendy. Que ya es decir.
No hay nada más puro en el mundo del fútbol que la sonrisa de un especialista defensivo tras marcar un gol. Se trata de un fenómeno tan inesperado que no saben ni ellos mismos qué hacer. No tienen una celebración ensayada, no hay un protocolo claro de acción, no están acostumbrados a ser ellos los protagonistas. Suelen hasta chequear un par de veces que el balón realmente haya entrado y que no se trate de un efecto óptico. Esa incredulidad no disimulada en sus rostros es la misma que la del niño gafotas y empollón cuando sorprendía en el partidillo del recreo con un gol de oportunista y vivía de ese momento de gloria durante el resto de la semana. La sonrisa franca de Mendy este miércoles tras marcar el 1-2 podría haber iluminado todo el Vigo navideño de Abel Caballero y hasta Times Square con Mariah Carey cantando un villancico.
Otro inesperado goleador de la noche, Mario Hermoso, hace poco lograba un tanto espectacular con una semivolea preciosa y vanbasteniana contra el Feyenoord, en un encuentro de la Champions League. Su reacción posterior también fue impagable. Lo que más me gusta y me enternece en este tipo de situaciones es cuando los propios comentaristas narrando el partido no dan crédito a lo ocurrido. Hasta asumen que habrá sido sin querer, un accidente. Y luego les preguntan en la zona mixta, esperando una confesión pública: «¿Querías centrar, verdad?».
Marcó Hermoso, marcó Rüdiger (que se ha propuesto sostener la temporada del Madrid en uno y otro lado del campo), marcó Mendy, marcó Carvajal. Marcó Griezmann, este ya un sospechoso habitual, un tanto espectacular con un quiebro con el que dejó con el molde a Modric (cuyas maniobras y nociones defensivas no son ni mucho menores y sí bastante poco ponderadas). Palabras mayores.
Quien quedó algo retratado fue un Kepa Arrizabalaga que tras su lesión ha vuelto con un halo de duda a su alrededor. Le faltó seguridad, contundencia y presencia en general: dicen que mide 1,85 y a veces parece mucho más chiquito, tal vez por su timidez y discreción. Ha de mostrar más autoridad a sus rivales (y a sus propios compañeros).
El partido realmente lo terminaron ganando los cambios del Real Madrid que, como en la final de Lisboa, se mostraron mucho más frescos, dinámicos y decisivos que los del Atlético de Madrid. Marcelo e Isco se manifestaron ayer a través de Camavinga y Brahim.
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