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Esbozos y rasguños

Y gracias

Pasar a cuartos es importante, desde luego, pero tampoco se puede decir que el Madrid haya presentado su más firme candidatura a ganar la Champions tras el balance de la eliminatoria ante el equipo alemán

Javier Aznar

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La teoría del médico. Dicen que cuando tienes un médico, tienes un médico; cuando tienes dos médicos, pasas a tener medio médico, y que cuando confías en tres distintos, ya no tienes ninguno. Al Madrid le sucedió ayer eso mismo con el exceso de ... mediocampistas que presentó Ancelotti en su sorprendente once inicial. Demasiados jugadores de corte similar ocupaban las mismas zonas de interés, demasiados mediocampistas juntos cumplían funciones parecidas. Lejos de tener orden y control, lo que se ganó fue espesor y caos. Un empacho de balón que rozó la indigestión y, por momentos, el atragantamiento. Y ya al final, con ese balón al larguero del RB Leipzig, casi hubo que practicar al equipo la maniobra de Heimlich a más de uno en el Bernabéu. El primer tiempo fue de una horizontalidad oblomoviana. El juego se ralentizó de una manera insoportable y se formó un atasco por el medio que restaba claridad al equipo. Rodrygo (o un atacante similar) estira al equipo, como se pudo comprobar a partir del descanso. Sin embargo, su necesaria entrada al descanso hizo que se perdiera por el camino un revulsivo como Camavinga, que se fue al banquillo con la sensación de haber malgastado una bengala para cuando la oscuridad se cerniera sobre el equipo (y vaya si se cernió).

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