eSBOZOS Y RASGUÑOS
Fuerte y a portería
«Cuando las cosas no marchan, como le está ocurriendo al Madrid en este arranque de temporada, lo mejor puede ser dejar de sobreanalizar todo y decirle a la bestia uruguaya que chute a trallón»
El debut
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Iniciar sesiónLo mejor en el fútbol es no complicarse demasiado la vida. Ancelotti le gritó desde la banda a Fede Valverde: «A puerta». Y le dibujó con las manos una miniportería. Por si acaso. El uruguayo escuchó, asintió y siguió las órdenes de su entrenador a ... pies juntillas: la rompió y el balón entró. Valverde le dedicó el gol a Carletto como si este fuese el coordinador ofensivo de los New England Patriots. No fue una genialidad estratégica de manual, pero el italiano hizo la de Miguel Ángel cuando le preguntaron cómo había logrado esculpir algo tan majestuoso como el David: «La escultura ya estaba ahí, yo únicamente quité lo que sobraba».
Así es Ancelotti: sabe tanto de fútbol que sabe que, en el fondo, no sabe tanto. El director de orquesta y maestro de maestros, Vittorio Gui, dijo al poco de cumplir los noventa años: «Qué pena estar tan cerca de la muerte justo ahora que empezaba a saber dirigir». De fútbol también es mejor creer que no sabes tanto y no olvidar su esencia. Ancelotti ha dicho en varias ocasiones, sobre todo cuando le avasallan con preguntas sobre esquemas, estrellas y equilibrios, que ya aprendió una valiosa lección cuando entrenaba al Parma y cometió el error de rechazar el fichaje de Roberto Baggio porque 'Il Divino' no encajaba en su esquema de juego. Luego se dio cuenta de la tontería y que lo importante es tener a los buenos en tu equipo y ser tú el que se adapta a ellos. Sherlock Holmes decía en 'Escándalo en Bohemia' que es un error capital teorizar antes de tener datos. Sin darse cuenta, uno empieza a deformar los hechos para que se adapten a la teorías, en lugar de adaptar las teorías a los hechos. Ancelotti jamás se olvida de esto.
Cuando las cosas no marchan, como le está ocurriendo al Madrid en este arranque de temporada, lo mejor puede ser dejar de sobreanalizar todo y decirle a la bestia uruguaya de tu equipo que se deje de discutir sobre el sexo de los ángeles y que chute a trallón. Hacer que ocurran cosas. Recordarle que sabe, puede y debe chutar más a puerta. «Si Valverde no marca más de diez goles, rompo mi carnet de entrenador», llegó a decir Ancelotti hace dos años para animar al uruguayo a romper su timidez. Y esa ha sido, hasta la fecha, su mejor temporada anotadora. La escultura ya estaba ahí.
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