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Esbozos y rasguños

Una extraña pareja

Valverde y Baena son, como Walter Matthau y Jack Lemmon, una extraña pareja condenada a soportarse

El centrocampista del Real Madrid, Federico Valverde, junto al jugador del Villarreal, Alex Baena AFP
Javier Aznar

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Lo peor del caso del puñetazo de Valverde a Baena es que tu nombre ya quedará ligado para siempre al de esa otra persona que tanto desprecias. Como si fuera una condena. Para ambas partes. El efecto efímero de satisfacción que te debe producir seguir ... el impulso de zurrar la badana a alguien de esa manera se vuelve luego una terrible maldición que te persigue durante años: su nombre apareciendo junto al tuyo en el cajetín de búsqueda de Google. Ha ocurrido en multitud de ocasiones anteriormente: Zidane y Materazzi, Luis Suárez y Chiellini, Beckham y Simeone, Pepe y Casquero, Juanito y Matthaus. Para siempre unidos. Muy pocos creo que dirían: «mereció la pena aquello, no fue edificante pero la verdad es que me quedé a gusto». Sobre todo si no se obtuvo demasiado rédito con la desafortunada acción. En algunas noches de insomnio me pregunto si a Tassotti, por ejemplo, le mereció la pena quedar segundo en un mundial a cambio de no poder pisar España ni de vacaciones. ¿Medalla de plata gana a Formentera? No lo tengo tan claro.

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