Abandonar el Real Madrid, una aventura de riesgo

Casemiro se encontrará en el United con viejos camaradas que ejemplifican la cruda estadística. Raphael Varane llegó al club británico la temporada pasada en un traspaso, 40 millones de euros, muy similar al del brasileño (una amplia vitrina en su currículo y una jugosa subida de sueldo). Pese a que el francés parecía un refuerzo de lujo para 'los diablos rojos', lo cierto es que su participación ha sido decepcionante hasta la fecha y en esta fue suplente en los dos primeros partidos de Premier League.

Además de Varane, Cristiano Ronaldo ha sufrido un destino similar. La leyenda de leyendas decidió abandonar el Madrid en 2018 hacia la Juventus y, pese a que mantuvo unos registros goleadores inhumanos, no consiguió llevar la Champions League a Turín. Fichado por el United la pasada campaña, el portugués, a sus 37 años, busca una manera de huir de un equipo en caída libre y que no jugará la Liga de Campeones.

Di María también recaló en el United en 2015 a cambio de 74 millones y, tras un mal año de rojo, firmó por el PSG, donde nunca consiguió replicar los éxitos conseguidos de blanco y donde siempre estuvo a la sombra de otros delanteros, como Mbappé o Neymar. Este verano, a los 34 años, ha firmado con la Juventus. Con el Madrid vivió su mejor etapa como jugador e incluso fue nombrado mejor futbolista de la Final de la Champions de 2014, donde los blancos consiguieron la Décima tras impionerse al Atlético de Madrid en Lisboa (1-4).

Pero seguramente, el caso más flagrante es el de Sergio Ramos. El andaluz presionó para renovar con el Real Madrid y, tras ver cómo este le retiraba la oferta, vio saciadas sus expectativas económicas por los petrodólares del PSG, aunque su primera campaña en París fue decepcionante. Las lesiones que arrastraba de su último año en el Madrid solo le permitieron disputar 13 partidos. Tras el bache, renace el andaluz, al menos hasta la fecha, indiscutible en la defensa de tres ideada por Galtier (cuatro titularidades de cuatro posibles).

Otro de los nombres más emblemáticos del madridismo moderno es el alemán Mesut Ozil, que abandonó el club blanco en 2013 tras la llegada de Gareth Bale. Tras un serio paso por el Arsenal, acabó en la liga turca, donde ha jugado los dos últimos años (Fenerbahçe y Basaksehir). Recientemente ha anunciado que ha comenzado su carrera como jugador de videojuegos profesional.