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Del cariño de Florentino al dilema de los veteranos: la madrugada triste del Madrid en Mánchester

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El club no especula con la continuidad de Ancelotti, que tiene un año más de contrato

La calamidad de Benzema y la excelencia de Rodri

Florentino Pérez, en el palco del Ethiad EP

Rubén Cañizares

Manchester (Inglaterra)

En la puerta del hotel Hampton, a solo tres kilómetros de la ciudad deportiva del City, tres aficionados del equipo inglés esperan un Uber que los lleve de vuelta a casa. Cara de haber dormido poco, si es que han dormido algo. Resaca feliz, en ... todo caso. Sarna con gusto, no pica, que decían nuestros abuelos. Tienen más cerca que nunca la primera Champions de su historia y, antes de soñar con lo que pueda suceder en Estambul, se llevan una última alegría.

En el semáforo situado frente al hotel Hampton, un lujoso Mercedes de tono gris claro, con las lunas traseras tintadas, lo conduce un varón con un moño en su rubia melena. «¡Oh! Haaland, Haaland», dice uno de los aficionados señalando el todoterreno alemán.

La luz verde hace que Erling acelere, gire a la derecha y siga su camino. Buen viaje, que es lo que nos deseó Guardiola a los periodistas españoles, con cara de saldar cuentas pendientes, nada más acabar su comparecencia en el Etihad. Era su noche, y la exprimió hasta el mínimo detalle.

Un viaje que, esta temporada, ha llegado a la meta en el Real Madrid. El 4-0 es el punto y final a un curso que se cierra con tres títulos -Copa del Rey, Supercopa de Europa y Mundial de Clubes-, derrota en la final de la Supercopa de España, eliminación en las semifinales de Champions y un segundo, o tercer puesto, en Liga, sin duda su borrón de esta temporada. No por la posición, aún en disputa y que es lo de menos, sino por la enorme distancia respecto a este Barcelona, un Barcelona terrenal.

La nota es más baja que la pasada temporada, en la que se logró el doblete de Liga y Champions, pero eso no quiere decir que sea mala. El Madrid no va a echar por el sumidero el trabajo de tantos años por la abultada derrota en Mánchester. Los dirigentes son lo suficientemente maduros como para entender y aceptar que el Madrid no puede ganar siempre.

Así actuó Florentino en el vestuario del Etihad. Comprensivo y cercano el presidente, con jugadores y entrenador. El club no tiene en la cabeza, salvo giro inesperado, incumplir el año de contrato que le resta a Ancelotti. Butragueño ya lo avanzó, aún caliente, en el palco del Etihad: «Ha sido una mala noche para todos y estamos muy tristes, pero Carlo es un entrenador de prestigio y tiene contrato con nosotros».

Creencia en Ancelotti

Mensaje del director de Relaciones Institucionales que reforzaba el lanzado por Florentino la noche del sábado 6 de mayo, tras la victoria en la final de Copa frente a Osasuna: «No quiero oír hablar más de este tema. Nosotros nunca hemos entrado en esa especulación y él tampoco. Es un tema que no existe. Ancelotti tiene contrato y estamos encantados con él». Estaban y están. A 18 de mayo, en la planta noble del Real Madrid no se valora un cambio de entrenador.

 Lo que sí está sobre la mesa son una serie de decisiones que quedarán finiquitadas en las próximas semanas, como las renovaciones de los siete jugadores que acaban contrato. Kroos, Modric y Benzema seguirán un año más. Asensio también firmará un nuevo contrato, salvo que el balear cambie de opinión, algo que no parece que vaya a suceder, y decida no aceptar la propuesta del Madrid.

En el caso de Ceballos su continuidad está más lejos que nunca, sobre todo si se confirma el fichaje de Bellingham. Nacho sigue sin deshojar la margarita. La temporada la ha acabado como la comenzó, sin apenas minutos de peso, lo que podría inclinar su decisión hacia un adiós. Y Mariano no será renovado, como no podía ser de otra manera.

En el apartado de fichajes, el Madrid no va a reventar el mercado, ni mucho menos. Ese no es su estilo desde hace años, sino más bien todo lo contrario. Prudencia y coherencia. Una hoja de ruta inamovible.

La prioridad es cerrar la llegada de Bellingham, algo que se da por hecho a falta de la firma. Fran García viene a reforzar el lateral izquierdo, seguramente el puesto más debilitado de la plantilla. El experimento de Camavinga no ha dejado de ser eso, un experimento que no puede tener más duración en el tiempo. Se buscará también un '2' que compita con Carvajal y no se trabajan en grandes novedades en la posición del '9'.

La temporada de Benzema ha estado muy lejos de la que le hizo ser Balón de Oro. Demasiadas lesiones, baja forma y poco impacto en la Champions. Uno de los grandes señalados del Etihad.

Era imposible que el Madrid pasara a la final si Karim no se ponía las pilas, y así fue. Su eliminatoria no ha estado a la altura. Ni en el Bernabéu ni en Mánchester, pero la confianza en él sigue intacta, como ha sido así desde su fichaje en 2009.

Para la próxima temporada tendrá al canterano Álvaro Rodríguez como competencia y, en principio, no está previsto el fichaje de otro delantero. Otra cosa será en el verano de 2024, con Haaland y Mbappé en el horizonte, pero esa ya es otra historia que ahora no toca. Para la temporada 22-23, ni revolución ni locuras. El Madrid no cambia de guión.

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