El azaroso verano de Rodrygo: no a millonarias ofertas de City y PSG, la muerte de su abuela y una petición de respeto

Llovía sobre mojado y Pep, enamorado de Rodrygo desde hace tiempo, tiró ese 20 de abril por el camino recto. Ofertón y promesa de piedra angular del equipo. El City le puso encima de la mesa más del doble de los 8 millones netos que cobra en el Madrid y le aseguró jugar por su zona predilecta, la izquierda, en un tridente con Bernardo Silva y Haaland. Pero Rodrygo dijo no, y ahí comenzó un verano (y un ocaso de la primavera) de turbulencias y reivindicaciones.

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Las calabazas al City no fueron las únicas que ha dado Rodrygo en este mercado. El PSG fue más allá y le ofreció más del triple de su sueldo. Se llevó la misma respuesta que los ingleses. «Hay dos proyectos ganadores en el fútbol de hoy. El Madrid y el City, y Rodrygo ha elegido el del Madrid», explica su entorno, cansado, como lo está Goes, de las noticias de los últimos tres meses que aseguraban que se iría del club blanco este verano. No va a ser así.

Rodrygo es feliz en la capital de España. Inmensamente feliz. Sabía, y sabe, que la llegada de Mbappé puede poner en peligro su estatus. Como también entendía que la renovación de Kroos hubiera convertido en un imposible regresar al 4-3-3 al que ha vuelto Ancelotti este curso y que le favorece para seguir en el once, pero incluso antes de que Toni anunciara al Madrid que no renovaría, él ya había decidido no moverse. Ahí están sus negativas al City y al PSG, ambas antes del anuncio de Kroos.

Cierto es que Rodrygo tuvo un desliz en la semana de la final de la Champions, en la que, durante el Media Day, dejó entrever en una entrevista con DAZN que a lo mejor su etapa en el Madrid había acabado. Aquello, junto a otra reflexión similar en el medio brasileño Placar TV y los piropos que tiró en GQ al City, agitaron el runrún de una posible marcha del Madrid, pero ese nunca fue el deseo de Goes. De hecho, minutos después de decir lo que dijo en DAZN, aseguró lo contrario en Mediaset afirmando que era muy feliz en el Madrid y que no pensaba moverse de allí. «Aquello tiene un contexto personal y profesional que influyeron en esas declaraciones», explica su entorno.

El 24 de mayo, tres días antes del Media Day, murió Dora, la abuela materna de Rodrygo. Sufría cáncer y el brasileño intentó gestionar su agenda para poder ir a Brasil y despedirse de ella en persona, pero solo lo pudo hacer por teléfono. A este complicado momento se le unió una previa de final que, mediáticamente, estuvo marcada por Vinicius y Bellingham y quién de los dos lograría hacer más méritos contra el Borussia para posicionarse en cabeza en la carrera por el Balón de Oro. Rodrygo sentía que su papel en Champions había sido decisivo para llevar al equipo a Londres y digirió regular que no se le pusiera en valor: «Estos dos asuntos hicieron que en aquel Media Day no tuviera la cabeza donde la tenía que tener. Sobre todo por el fallecimiento de su abuela. Fueron días de luto muy duros».

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El Madrid ganó la Decimoquinta, aquellas turbulencias pasaron, Rodrygo se fue a la Copa América, después se marchó de vacaciones y el 1 de agosto se incorporó a la pretemporada del Madrid en Estados Unidos. Todo volvía a la normalidad y, como el resto de sus compañeros, recibió con los brazos abiertos a Mbappé. De hecho, uno de los motivos de su no al City fueron sus ganas de jugar junto a Kylian (otro fue la posibilidad de que Guardiola, que acaba contrato en 2025, no tenga clara su continuidad). Rodrygo admira y respeta a Mbappé, y como Vinicius, ha hecho muy buenas migas con el francés. De hecho, los tres han pasado juntos en Marbella los dos días libres que le dio Ancelotti tras el empate en Mallorca. Si se llevan mal, lo disimulan bastante bien.

Otra cosa es lo que él considera una enorme falta de respeto, que es cómo se tomó la portada de ‘Marca’ del pasado viernes, en la que le recortaron de la foto que se tomó junto a Bellingham, Vini y Mbappé con el trofeo de la Supercopa de Europa. Aquello le pareció innecesario y feo, por mucho que sea consciente que a nivel periodístico se quiera vender lo de la BMV. Por eso, tras su gol en Mallorca, su equipo de comunicación de Brasil decidió escribirle un pequeño comunicado que él mismo publicó en sus redes sociales. En él pedía respeto, que es lo entiende que no está sucediendo: «La semana pasada hablaron del trío Bellingham, Mbappé y Vini, pero a esta sigla van a tener que añadir la R de Rodrygo». Lo hizo a modo de reivindicación, no de menosprecio a ningún compañero, pero mucha gente lo interpretó como una rabieta y un ataque de ego, y el comunicado fue eliminado para no alimentar bulos. Ha sido el último episodio de los azarosos últimos meses de Rodrygo.