Fútbol
Andriy Lunin, la penúltima oportunidad del portero paciente
Real Madrid
La lesión muscular de Kepa abre la puerta de la titularidad al ucraniano, que ya estuvo inmenso ante el Braga en el último partido de Champions League del real
Lunin y Brahim despiertan a Vinicius y el Madrid ya está en octavos
La soledad del portero suplente es pronunciada. Son demasiados días en el banquillo, temporadas incluso, a la sombra de un protagonista casi perenne. Los momentos de gloria y gozo personal son pocos: algunos instantes bajos los focos en la Copa del Rey (si no hay ... debacle y señalamiento público en un campo de Tercera) o unos cuantos partidos por temporada cuando la Liga ya esta resuelta. Bien conoce estas melancolías Andriy Lunin (Ucrania, 1999), que desde que firmara por el Real Madrid en 2018 apenas ha jugado 20 partidos. Tampoco fue habitual en los onces de Valladolid y Leganés en ese puñado de cesiones por el fútbol profesional español con el que el equipo blanco trató de curtir con minutos al joven meta eslavo. Entretanto, su inexperiencia en Primera y el fantástico nivel de Courtois durante años condujeron a Lunin hacia el olvido. Sin embargo, todo puede cambiar en un simple pestañeo.
La grave lesión de Courtois en los últimos compases de la pretemporada precipitó la presencia del ucraniano en el inicio liguero. Jugó entonces dos partidos, ante el Athletic y el Almería, y su rendimiento fue irreprochable. Aunque, pese a su buen nivel, el Real Madrid prefirió ultimar la cesión de Kepa. Lunin regresó al refugio del chándal; hasta que el pasado miércoles, veinte minutos antes del comienzo del partido de Champions League ante el Braga en el Santiago Bernabéu, el vasco sufrió una rotura en el abductor derecho.
Jugaba el de Krasnograd su primer encuentro europeo y, lejos de miedos y sorpresas, estuvo brillante. Detuvo con agilidad el esquinado penalti de Djaló, repelió con acierto el peligro luso y, tras confirmar la portería a cero, bajo la satisfacción del trabajo bien hecho, fue felicitado efusivamente por sus compañeros. Tiene aún 24 años, una edad todavía corta para alcanzar la plenitud del guardameta, pero quizá esté en el momento idóneo para convencer a Ancelotti. De momento, ante la baja de Kepa durante varias semanas, el portero paciente tiene una oportunidad dorada.