Ancelotti huye del pasado

Como posibles contrincantes del vigente campeón de Europa aparecen conjuntos con los que pocos contaban al comenzar este torneo, como Inter, Benfica o Nápoles; dos cocos habituales (Bayern y Manchester City); un tiro al aire, el Chelsea; y un reencuentro con la historia, el Milan. Evidentemente, no es lo mismo medirse a uno u otro, aunque el Real Madrid ya ha mostrado en numerosas ocasiones que la dificultad del rival no es obstáculo para que siga levantando orejonas. No obstante, después de la agónica travesía en la última edición de la Champions, quizás los corazones blancos agradezcan unos cruces algo más amables.

Para Ancelotti, el emparejamiento puede tener un sabor especial por su pasado en los banquillos. Jamás en la historia de la Champions un entrenador había dirigido a cinco de los ocho mejores equipos de Europa presentes en un sorteo de cuartos. Otro muro que derriba. Milan, Chelsea, Real Madrid, Bayern y Nápoles antes de volver al Bernabéu: ese ha sido el orden cronológico de la carrera del italiano como técnico.

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El regreso a San Siro sería, sin duda, el duelo más especial para él. Allí ganó dos Copas de Europa como futbolista (1989 y 1990) y otras dos como técnico (2003 y 2007). Su deseo es no cruzarse con el Milan hasta la final, como confesó tras eliminar en octavos al Liverpool.

En total hay 34 títulos europeos entre los ocho equipos que aún pelean por la Champions, y dos de ellos son del Chelsea. Ancelotti también conquistó allí, entre 2009 y 2011, una Premier, una Copa y una Community Shield, pero su relación con Roman Abramovich estuvo llena de zancadillas y, tras una segunda temporada sin títulos, el magnate le enseñó la puerta de salida. Nada queda de aquel Chelsea, ni siquiera el dueño, que tampoco estuvo en la eliminatoria del pasado año contra el Madrid. No es el lugar del que mejor recuerdo guarda Carletto, ni tampoco Courtois. El meta prefiere no citarse con el Chelsea, ni tampoco con el Manchester City, como ocurrió la pasada temporada. Un anhelo casi general en el vestuario, donde se desean contrincantes distintos a los de la última Champions, algo que no ha sido así en la eliminatoria contra el Liverpool, rival en la final de París.

El Bayern fue la casa de Ancelotti entre 2016 y 2017. Heredó el banquillo de Guardiola y eso no le ayudó demasiado. Ganó una Bundesliga y dos Supercopas alemanas, pero fue despedido a finales de septiembre de 2017, tras caer 3-0 en el Parque de los Príncipes ante el PSG, una derrota que puso la amarga guinda a un inicio de temporada pobre de resultados. Dos años después, en 2019, Rummenigge reconoció que quizás se precipitaron con aquella decisión y desveló la clase de Ancelotti al recibir la noticia. «Está bien. No serás más mi jefe, pero seguirás siendo mi amigo», dijo Carletto, lo que provocó las lágrimas del dirigente bávaro. «En ese momento lloré. No me esperaba esas palabras, sino que estuviera enfadado. Fue la demostración de que es una gran persona».

El sorprendente Nápoles, que tiene casi asegurado el tercer Scudetto de su historia tras los dos ganados con Maradona en 1987 y 1990, es una de las grandes sorpresas de la temporada y de la Champions. Domina con puño de hierro la Serie A, con 18 puntos sobre el Inter, y es el segundo máximo realizador de la competición europea. En tierras sureñas estuvo Ancelotti entre 2018 y 2019, hasta que De Laurentiis se puso en su camino y acabó echándolo en diciembre de ese segundo año. Un despido doloroso, por el cómo del mismo.

Carletto se había puesto del lado de los jugadores en un motín contra el dueño del Nápoles y De Laurentiis le puso la cruz a partir de entonces. Además, su sustituto en el vestuario fue el que hasta entonces era uno de sus mejores amigos en el fútbol, Genaro Gattuso. Una relación que quedó rota al considerar Ancelotti que 'Rino' le había traicionado. Si el bombo los empareja, tendrá una bonita oportunidad para tomarse su propia revancha, en el campo, donde siempre le gusta a hablar a Ancelotti, el entrenador de cinco de los cuartofinalistas de la Champions. Un caso único.