A pesar de sus espectaculares números en el Real Madrid , a Cristiano Ronaldo le costó bastante tiempo meterse en el bolsillo a la afición blanca y no fue hasta su tercer curso como madridista hasta que el Santiago Bernabéu ... se rindió a los pies del portugués.
Ocurrió un 21 de abril del año 2012. El escenario no podía ser mejor: un clásico contra el Barcelona en el Camp Nou . El empate a uno imperaba en el marcador. Fue entonces cuando el equipo merengue lanzó un contraataque mortal contra los culés. Ozil sirvió un pase en profundidad al astro portugués, que sin ponerse nervioso, regateó a Valdés y disparó a portería casi sin ángulo, anotando el gol de la victoria del Madrid ante el eterno rival en su propio campo. Pero no fue el tanto en sí lo que cautivó a la afición de la capital española, sino la celebración del luso « pidiendo calma » a las gradas del estadio barcelonista.
En el siguiente partido de Liga, ya en el Bernabéu, cuando se anunció por megafonía el nombre Cristiano Ronaldo, los seguidores madridistas regalaron al portugués una ovación nunca escuchada hasta el momento y desde entonces ha sido un no parar cada vez que el luso pisaba el césped del coliseo madridista.
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