Solari se acuerda de Zidane tras conquistar su primer título

El argentino volvió a cargar toda la responsabilidad del éxito en sus futbolistas y en el resto de personas que trabajan en un club que nunca se cansa de ganar ni de superarse a sí mismo: «Estamos felices por estos jugadores, lo merecen, han llegado hasta aquí tras trabajar muchísimo, ganar muchos trofeos y le ponen un broche con el tercer Mundial de Clubes tras la tercera Champions consecutiva. Es una gesta de todos y también de entrenadores que se sentaron aquí antes que yo como Zidane. Si hemos ganado este título es también gracias a él. Va a ser difícil de igualar en el futuro para cualquiera».

El monumental partido de Llorente no pasó inadvertido para Solari, el gran culpable del cambio radical del canterano, inédito con Lopetegui y hoy pieza clave en el once: «Marcos trabajó mucho incluso cuando nadie lo veía. El título también es mérito de él».

Llorente, mejor jugador de la final, estaba exultante. Sonrisa enorme para un futbolista que hasta hace dos telediarios pasaba más tiempo en la grada que en verde y que ya se veía fuera en enero: «Estoy muy contento por conseguir este MVP, pero más aún por el gol y por la final que hemos ganado. Ahora es cuando echas la vista atrás y ves todo lo que has trabajado y luchado por conseguir este sueño. Es hora de disfrutarlo con la familia y los amigos, que son los que te aguantan cuando las cosas no van bien. Esto va para ellos».

Sergio Ramos, con su clásico gol de cabeza a balón parado, marca de la casa en las finales, también tuvo su cuota de protagonismo. El capitán fue pitado con ganas durante todo el partido por una buena parte de los asistentes a la final, una extraña e incómoda situación que encontró justificación en su famosa jugada en la final de la Champions en la que cayó lesionado Salah, icono del fútbol árabe. Sus manos a las orejas, como respuesta a esos silbidos de la grada, no fue el único gesto del capitán al hacer el 3-0. Isco, que no jugó ni un solo minuto a pesar de calentar durante 25 minutos, se llevó la dedicatoria de Ramos. El malagueño se marchó el primero del vestuario del Madrid, sin hacer declaraciones a la prensa y con cara seria. Ramos le quiso echar un capote y mandó un mensaje al personal: ««En todas las competiciones estamos muy bien. Al Madrid no se le puede dar por muerto porque al final vamos a estar ahí arriba peleando por todos los títulos».