Ramos, en el Real Madrid de por vida

En su segunda temporada, cuando el equipo peleó por la Liga del «clavo ardiendo», con Capello al mando, Ramos disputó aquellos partidos decisivos con la nariz rota. « Tienes el tabique nasal destrozado», le decían los doctores. «No es el momento de dejar tirado al equipo, me operaré cuando acabe la Liga», contestó. Es el tipo de futbolista que gusta en el Bernabéu. Así eran Pirri, Santillana y Camacho. Tres lustros después Ramos es el mariscal de campo del Real Madrid. Y a sus 34 años, el jugador que más rinde. Acaba contrato en junio y el Real Madrid prepara su continuidad de por vida en la casa.

La idea de la empresa es, sin prisas pero sin pausa, sin admitir que nadie le marque las horas desde el exterior, realizar un contrato con su capitán que supere su etapa de jugador para que continúe en su nómina cuando cuelgue las botas.

Florentino Pérez lo expuso con claridad al celebrar en el estadio Di Stéfano el trigésimo cuarto campeonato de Liga de la entidad: « Ramos jugará en el Real Madrid hasta que él quiera, es más que un capitán». El conjunto de esas palabras definía en clave el proyecto. Un acuerdo de por vida con el Real Madrid. La negociación será silenciosa, privada y sin urgencias. Es lo que desea la casa, ser ajenos a la presión del mundo externo. No quiere influencia mediática, debe hacerse en secreto.

Hay dos factores fundamentales en este asunto. Ramos desea acabar su carrera en el Real Madrid, el club quiere que cuelgue los borceguís vestido de blanco y solo falta la manera de rubricar un acuerdo que trascienda al fútbol y hable de un futuro a medio plazo. Acaba contrato en junio 2021 y cumple 35 años el 30 de marzo.

El capitán solicitaba inicialmente dos años de contrato y un pequeño aumento de ficha en reconocimiento a su «perfomance» durante todos estos años. Hoy percibe doce millones netos por temporada . Lo que quiere realizar el Real Madrid es una relación de contractual de por vida con el capitán, sin precisar si continuará como jugador uno, dos o tres años, para que juegue en el equipo mientras rinda. La pandemia hace que la propuesta económica sea inferior, porque no se atañe únicamente al periodo como jugador, sino también a un futuro vestido de largo.

Serán el propio futbolista, el entrenador y la dirección deportiva, de manera conjunta, quienes estudiarán en cada final de campaña si se encuentra en condiciones de rendir al máximo nivel, como lo ha hecho desde hace tres lustros. Hoy aporta aún más al equipo que hace ocho años, por decir una época comparativa. Cuando las tres partes consideren que ya no está el nivel exigido en el Real Madrid, colgará las botas y pasará a trabajar en el seno de la entidad como el estandarte que es, sea dentro de dos, tres o cuatro años.

Probablemente, su labor en ese siguiente escenario sea aportar sus conocimientos y su sabiduría futbolística dentro el organigrama de la casa. Veremos si toma el camino de ser entrenador.

Pero ese es un cambio de vida que Ramos aún no contempla. Quiere seguir siendo capital en el funcionamiento del Real Madrid. Para el club es una garantía tener al hispalense como jugador fundamental a sus 34 años, porque no será fácil conseguir otro central con esa jerarquía. Hoy, el equipo acusa su ausencia, porque nadie tiene su liderazgo dentro del césped. A su lado, Varane parece otro. Sin el capitán, el francés no toma el testigo y la defensa en general no ofrece seguridad. La entidad desea que Ramos sea su estandarte cuando inaugue el nuevo Bernabéu en 2022.

Su ambición del futbolista es la semilla de su rendimiento. Suma 99 goles y se encuentra a cinco de los marcados por Ronaldo Nazario y a veintidós de los anotados por Juanito, decimoquinto en la clasificación histórica. Quiere superar la plusmarca de partidos de Raúl, 741. Lleva 657. Su sueño sería alcanzar las seis Champions de Gento. Ha festejado cuatro.