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Real Madrid

Una oportunidad para Lunin

Courtois es baja por el Covid y el ucraniano, que solo ha disputado un partido con el Real Madrid, tiene la ocasión de estrenarse en la Liga española con el conjunto blanco y de sumar dos encuentros consecutivos, en Getafe y en Alcoy

Lunin , en un calentamiento con el Real Madrid antes de un partido
Tomás González-Martín

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El Real Madrid lo esperaba. El coronavirus se propaga más fácilmente que nunca. Ahora ha derrotado a otros cuatro futbolistas del líder, una semana después de vencer a ocho profesionales del elenco de Ancelotti. Courtois, Vinicius, Valverde y Camavinga dieron positivo al retornar de las vacaciones navideñas y la baja del guardameta belga, que lo ha jugado todo hasta ahora, permitirá el estreno oficial de Andriy Lunin con el conjunto blanco en la Liga española.

El cancerbero ucraniano solo ha disputado un partido con el equipo madrileño, la derrota copera ante el Alcoyano en El Collao hace once meses, y ahora esperaba volver a jugar de nuevo ante el modesto equipo alicantino, del Alcoyano al Alcoyano, el día de la Cabalgata de Reyes, pero la ausencia de Courtois supondrá que será titular también el domingo frente al Getafe en el Coliseum.

«Ha madurado, es rápido y se le ve más sereno bajo los palos, señalan los técnicos; «está muy centrado, la experiencia con el primer equipo le ha curtido y solo le falta jugar»

Será un día importante para el portero ucraniano, que vive bajo la sombra muy alargada de Courtois, sin opciones reales de jugar con Ancelotti . No es fácil soportar una suplencia clara que no presenta visos de cambiar. Tiene 22 años y su situación no es buena, porque un jugador necesita minutos a su edad. El Covid le da una.

La historia de Lunin es muy rara. El Liverpool, la Roma y la Real Sociedad se interesaron por él ante la demostración de nivel y rapidez de reflejos que este hombre de 1,91 metros de envergadura realizó en la Liga Europa hace tres años. Brilló especialmente ante el Athletic, en San Mamés, en un duelo su equipo, el Zorya ucraniano, ganó por 0-1. El vecino vasco, la Real Sociedad, quiso ficharle inmediatamente, pero el Real Madrid se adelantó y abonó 8,5 millones por el traspaso, más cuatro en variables que, dada su suplencia posterior, no ha cumplido.

Comenzó entonces una serie de cesiones que detuvieron su evolución. Estuvo en el Leganés, en el Valladolid, en el Oviedo y en ninguno de los tres sitios alcanzó la titularidad. Supuso un freno en su joven carrera. No se forjó, sino que se paró su reloj.

Regresó al Real Madrid y empezó su vivencia al lado de Courtois, que solo le dejó el resquicio de la nueva Copa del Rey con eliminatorias a un solo partido. Y Lunin pagó lo que les suele suceder a los suplentes fijos, que jugaron todos juntos por vez primera un encuentro oficial, sin el liderazgo de los titulares a su vera, y el modesto Alcoyano les venció 2-1 tras 120 minutos de duelo. Sucedió el 21 de enero de este año. Mientras José Juan era coronado en la portería de enfrente, Lunin salía trasquilado junto a Zidane, Isco, Vallejo y la pléyade de reservas fijos. Recibió dos goles y realizó tres buenas paradas que evitaron otros más, pero en el recuento final solo consta la derrota y que él pasaba por allí, bajo los palos.

Ahora, el ucraniano, ganador del Guante de Oro al mejor arquero del Mundial Sub 20 celebrado en 2019 en Polonia, tendrá dos pruebas de fuego consecutivas, el domingo en el Coliseum Alfonso Pérez y tres fechas más tarde en su retorno a El Collao, con el deseo de borrar el fusilamiento mediático sufrido en Alcoy.

«Ha madurado mucho, es rápido y se le ve más sereno bajo los palos», señalan los técnicos que le ven trabajar diariamente en Valdebebas. «Está muy centrado, la experiencia con el primer equipo le ha hecho curtirse, foguearse mejor y solo le falta jugar». Es la hora.

Varios profesionales dicen en la ciudad deportiva madridista que «si a Andriy le dan partidos se hará un gran portero, cumple los 23 en febrero y está en un momento clave de su carrera». Ha cambiado, se encuentra más hecho. Y delante tiene un tótem todavía más alto que él y que le anula todo.

Particularmente le interesaría marcharse y jugar en otra parte para comprobar hasta donde llega su nivel, pero sus intereses personales chocan con los del club, que necesita un segundo guardameta. Es la diatriba interior de Lunin. Y del cuerpo técnico, que asume que el ucraniano debería jugar más para contar con un meta de mayor experiencia cuando sucedan cosas como esta baja inesperada del titular. Necesita formarse bajo la presión del Bernabéu. No la ha sentido.

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