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Real Madrid

Los mecánicos que pusieron a punto al Real Madrid

Solari cogió al equipo blanco hundido; dio libertad a Pintus para conseguir el nivel físico y hoy aspira a tres títulos

Javier Mallo, Antonio Pintus, Santi Solari, Santiago Sánchez, José Carlos G. Parrales y Roberto Vázquez Realmadrid.com

Tomás González-Martín

Los rivales se sorprenden por el cambio vivido por el Real Madrid a partir del ecuador de enero. Conocían a Pintus y su sabiduría para poner a los futbolistas a punto y atacar en óptima forma los cinco meses decisivos de cada temporada, pero el hundimiento físico del equipo madrileño y la ausencia de Cristiano hacían soñar a los adversarios con el ocaso del campeón de Europa. Mal sueño. Sin Ronaldo, el conjunto blanco vuelve a luchar por todas las competiciones en febrero. ¿Qué ha hecho Solari para revolucionar la plantilla y lograr de nuevo la competitividad histórica que define al club? Ser inteligente.

Antonio Pintus: responsable de la preparación física, ha aplicado en cada jugador la carga de trabajo que impuso en 2016, 2017 y en 2018. Sabe hasta dónde puede llegar cada hombre

El nuevo responsable del Real Madrid no quiso apuntarse el éxito de algún experimento. Había que hacer las cosas que salieron bien en las campañas anteriores. Demostraba madurez y sabiduría en un técnico que debutaba al más alto nivel. Santiago Sánchez, su mano derecha, estuvo de acuerdo en dar el poder del capítulo físico al hombre que había triunfado en años precedentes: Antonio Pintus.

Pintus fue relegado por Lopetegui

El italiano había sido relegado por Lopetegui desde que cogió las riendas del equipo en julio. El guipuzcoano le quitó la dirección de la preparación. Ejerció como un gregario. Solari le devolvió la primacía de la parcela física, ayudado por Javier Mallo y José Carlos Parrales, mientras Roberto Vázquez se encargaba de los porteros y del duelo entre Courtois y Navas. Ellos son los mecánicos que han puesto al Real Madrid como una moto. Solari pilotó la reacción. La plantilla era la máquina que hubo que poner a punto en los ochenta días que Pintus pidió para competir como antes. Sánchez, Pintus, Mallo, Parrales y Vázquez, son los ganadores en la sombra.

Santiago Sánchez: el hombre de confianza de Solari, su mano derecha. Los dos aprobaron que Pintus impusiera sus métodos, con todos los datos que tenía de cada futbolista

No todo lo ha hecho el italiano, ni tanto ni tan calvo. Ni él quiere apuntarse el monopolio. Fue, es, el líder de un trabajo de todo el «taller». En esta evolución del Madrid hay también un componente mental de los futbolistas. Debían reaccionar y lo hicieron.

Javier Mallo: preparador físico y readaptador de jugadores lesionados, es un profesional de enorme experiencia en ámbos campos. La mano derecha de Pintus en esta labor

La realidad de lo que sucedió es la siguiente: la salida de Lopetegui y la suavidad y prudencia con la que Solari entró por la puerta de atrás permitieron a Pintus apropiarse, sin pretenderlo, de los «flashes» de una prensa necesitada de héroes y de explicaciones para la reacción de resultados que comenzó a producirse de manera automática. Pero hay una verdad paralela: si una de las razones fundamentales por las que el Real Madrid se despeñaba era la baja forma física, no se pudo dar la vuelta a este calcetín en solo un par de semanas. Era imposible.

Roberto Vázquez: entrenador de porteros, es el hombre al que Solari consultó para decidir quién sería el guardameta titular en la Liga y la Champions. Eligió a Courtois

Fue el respingo anímico del vestuario el combustible principal para iniciar el cambio que ahora presenciamos. Dicho esto, Pintus se puso manos a la obra de inmediato. Se trataba de hacer cosas que no se hacían antes. El turinés, que ya tenía un sistema de trabajo y un historial fisiológico, de capacidades de esfuerzo y de todos los vectores físicos de la mayoría de la plantilla, aplicó sus planes. Sabía cuáles eran los tornillos que debía apretar de cada uno de los veinticinco motores del plantel.

José Carlos G. Parrales: readaptador físico. Su misión principal es poner en forma a los jugadores lesionados, una labor con aumento de carga de trabajo diaria. Eficacia en la sombra

¿Como se aplican esos datos? ¿Como se consigue el rendimiento? Según el análisis físico que Pintus poseía de cada futbolista, el turinés comenzó a trabajar duro con cada jugador. Además de la alimentación idónea, argumentada con el ADN de cada hombre, impuso las sesiones diarias de velocidad en carreras cortas, para adquirir mayor rapidez. Una labor que aumentaba periódicamente de metros al comprobar la mejoría. Y añadió sesiones de potencia, con ejercicios y aparatos específicos para aumentar el oxígeno en los músculos. La obtención de velocidad aporta también mayor poderío al cuerpo. Y del esfuerzo en la velocidad y la potencia se obtiene la resistencia para aguantar a buen ritmo hasta el minuto noventa, como observamos ante el Barcelona, el Atlético y el Ajax. Esto se escribe muy rápido, pero es una labor minuciosa, individual y concienzuda de meses.

Inteligencia: Solari llegó y dio el poder de la parcela física al hombre que había triunfado desde el año 2016

Pintus tuvo que diseñar un programa de minuto a minuto para cada uno de los jugadores. No había tiempo que perder y aprovechaba los pequeños recodos de la competición, algo realmente complicado. Era imposible realizar una puesta a punto completa. El italiano escarbaba entre los intermedios que dejaban los partidos para poner parches en los agujeros físicos detectados en todos y cada uno.

El plan Pintus: dirige sesiones de velocidad, en carreras cortas, y de potencia, que dan paso a la resistencia

Todo comenzó a marchar mejor desde la primera semana de Solari. Se venció al Melilla y al Valladolid, equipo al que derrotó Vinicius, quien comenzó a germinar su titularidad. Se ganó al Viktoria Pilsen y al Celta. Por supuesto, en estos cuatro meses hubo tropiezos. Y errores del argentino, como su alineación en Éibar, dejando a Carvajal y a Llorente en el banquillo. Aquel 3-0. Y aprendió con el 0-3 del CSKA de Moscú, por alinear un once bisoño, sin el mando de los veteranos. En esos meses de noviembre y diciembre, Pintus y Mallo protagonizaron pequeñas pretemporadas con los futbolistas que no jugaban. Así han trabajado durante todo este tiempo hasta alcanzar la puesta a punto de toda la parrilla. El resultado es que el Real Madrid ha recuperado sus opciones en la Liga y aspira a la Champions y la Copa. Hace cuatro meses, era impensable.

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