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Los intocables

Esta noche en Roma pintarán bastos. En absoluto está la eliminatoria lograda. El Madrid es un guadiana, aparece y desaparece, casi por capricho

Fernando R. Lafuente

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No son los de Elliot Ness, ni los marginados de la India, sino los que, en el atribulado universo futbolístico, parece que, hagan lo que hagan -es decir, jueguen como jueguen- siempre tienen que estar ahí como el dinosaurio de Augusto Monterroso. Y si a ... un entrenador, pobre de él, se le ocurre sentarlos o cambiarlos en pleno partido tempranamente, un aluvión de opiniones caerá como el fuego del infierno. Pero esa es la labor de cualquier entrenador. No sentar a los intocables, pero sí alinear a los que se encuentran en mejor estado de forma. Lo demás es silencio. Se trata de algo tan sencillo como determinar quién está y quién no está en forma, tenga la trayectoria que tenga, los títulos y los parabienes pasados.

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