Hazard, de vuelta al infierno

Desea ser el delantero que el equipo blanco fichó, el del Chelsea, determinante, el número cinco del top mundial, el que disputó 352 encuentros y marcó 110 tantos.

Eden, como le denominan en el vestuario, quiere devolver al club español la inversión que hizo por él, 100 millones de euros fijos más bonus. «Ya no tengo miedo, he olvidado el tobillo, quiero jugar», subraya la estrella , que se siente a gusto con Ancelotti .

Viaja hoy al Ciudad de Valencia y no piensa en el infierno, en pisar el lugar del crimen. Solo quiere saltar al campo, hacerlo bien y consolidarse en el once de Ancelotti. Porque hay una cosa que le ha encantado. El italiano le considera titular y así lo demostró en el estreno del campeonato, en Vitoria. Nadie lo esperaba.

Hazard ha comenzado su tercera campaña en el Real Madrid y esta es la definitiva. No puede sumar un tercer curso sin destacar. Firmó un contrato por cinco y debe dar el salto adelante. Tras dos años perdidos por las lesiones y también por su indisciplina alimenticia, que le hizo llegar a las pretemporadas con kilos de más, en esta ocasión se lo ha tomado mucho más en serio porque la empresa se ha puesto firme y Ancelotti ha sido el primero en exigir seriedad en el trabajo físico y en la alimentación durante las vacaciones de la plantilla.

El belga volvió a lesionarse en la Eurocopa y se ha cuidado con esmero para debutar en la primera jornada de la Liga española. Se lo planteó como una meta fundamental, pocos creían en él, viendo los precedentes, y llegó.

Ha cambiado, porque sabe que no podía continuar así. Esta noche ataca la segunda jornada, en un sitio donde ansía ganar, marcar o dar un pase decisivo que le haga olvidar el crudo y triste pasado.

Tiene que superar los miedos de veinticinco meses en los que solo ha disputado 44 partidos y anotado cinco goles, aunque en realidad protagonizó la mitad de los minutos, pues en bastantes ocasiones salió en el segundo tiempo. «Eden está trabajando bien, aún no se encuentra al cien por cien, pero no siente miedo de ir al choque, tiene ganas de demostrar toda su clase, quiere jugar», advierte su técnico, con la fe depositada en el jugador.

Le ha hecho titular sin estar a tope porque observa que muestra su clase en el césped, se siente liberado mentalmente de los fantasmas y esas virtudes de la estrella que quiere volver a lucir son superiores a su estado físico. Tanto el «allenatore» como el futbolista reflexionan que empieza a estar en el sendero «del Chelsea».

En su estreno de Mendizorroza dio un taconazo de oro para que Benzema fusilara uno de sus dos dianas». El tobillo ya está fuera de mi cabeza», asegura es un español casi perfecto. «En la primera jornada hicimos cuatro goles y vamos a intentar ganar los máximos partidos posibles», analizó, para dejar una pincelada del esquema ofensivo que posee el Real Madrid y que le encanta: « Los delanteros que estamos este año podemos hacer buenas cosas juntos, podemos jugar con tres o cuatro delanteros». Ensalza esa virtud porque Valverde y Lucas Vázquez se sumaron constantemente al ataque formado por Bale, Benzema y Hazard.

Hazard tiene 30 años, le restan tres de contrato y debe reaccionar. Llegó hace dos campañas a la casa blanca y Mariano le cedió el número siete, el de pasearon por el mundo éxito Cristiano, Raúl, Figo, Juanito, Amancio, Kopa, Molowny, Canario y Joseíto.

El belga debe rendir homenaje al dorsal con su clase. Lo sabe. Lo tiene asumido. Hasta ahora no ha sido así, no ha podido. Y no puede estar un tercer curso en el limbo. Cobra una ficha muy alta y costó bastante dinero a la entidad. Hay que responder, devolver, agradecer la apuesta realizada por él, que se extendió a lo largo de tres años, con Zidane como valedor.

El delantero ha empezado bien el tercer proyecto, con nuevo entrenador, como si muchos partieran de cero. Su compatriota Courtois le ha apoyado en los momentos difíciles, que han sido largos. Toca dar la vuelta a la tortilla y coger la sartén por el mango , no quemarse psicológicamente. Se ha alejado del fuego y ahora piensa en hacer bien lo que siempre supo hacer. Volver a ser él.