Esperanzador regreso de Bale

Casi tres meses después, el 18 de febrero, en partido de Liga ante el Español, el británico volvió a vestirse de corto en partido oficial. 19 minutos de ensayo a buen nivel, coronados con un gol. Prometedor regreso de Bale, que poco el paso de las semanas fue quedando en anécdota, con actuaciones discretas y nuevos problemas musculares que tocaron cima el 23 de abril, fecha del clásico liguero en el Bernabéu . Aquella noche primaveral, el galés forzó más de lo que debía y apenas duró 35 minutos sobre el verde. Una rotura en el soleo, la dolencia que más jaquecas le ha dado en el Madrid y a lo largo de su carrera, le dejó fuera del equipo el resto de la temporada. Solo en la final de Champions de Cardiff , cuando el Madrid ya dominaba con claridad (3-1), disfrutó de 13 minutos testimoniales.

Fue un premio de Zidane al esfuerzo del galés por llegar a tiempo a un partido tan simbólico, no solo en lo deportivo sino también en lo emocional, pero fue la confirmación de que su papel en el equipo había dejado a un lado los focos y las portadas. Isco era ya, por méritos propios, el acompañante de Benzema y Cristiano.

Las cosas cambiaron a la vuelta de las vacaciones. En agosto, la sanción de Ronaldo , y en septiembre, la lesión de Karim, devolvieron a Bale su estatus de titular, pero bajo una manta de críticas y rumores de venta. Lejos de su nivel, su mejor partido se vio en Dortmund, en la segunda jornada de Champions. Un encuentro agridulce: gol y asistencia pero una nueva lesión. Anoche, ante el Fuenlabrada, reapareció 63 días después y lo hizo con una notable media hora. Solo llevaba sesenta segundos en el campo cuando asistió a Mayoral para enterrar los fantasmas de una eliminación. También participó en el segundo tanto y logró un gol en fuera de juego. Detalles de un futuro esperanzador.

Ayer también regresaron Keylor Navas y Kovacic , dos piezas fundamentales para Zidane, pero a ambos se les notó el largo periodo de inactividad. El portero falló en el gol del Fuenlabrada, un disparo de 25 metros de Milla, jugadorazo, al que reaccionó el costarricense mal colocado. Situado encima de raya de gol, con un simple movimiento de medio metro hacia adelante hubiera mandado el despeje por encima del larguero. En su favor dejó dos buenas paradas, tirando de reflejos, su mejor virtud. El croata tampoco estuvo fino, con bastantes pérdidas de balón no forzadas, aunque filtró varias pelotas en tres cuartos que generaron cierto peligro para los de Zidane. A ambos, con el paso de los partidos, se les exigirá mejores noches.