Las claves de un enero desastroso

Hay varios factores, humanos, técnicos, tácticos y ambientales , que argumentan los errores que ha cometido el Real Madrid. Son estos:

Es un capítulo extrafutbolístico que afecta tanto como el deportivo. El vestuario acusa un estado de las cosas extraño. El capitán, que consiguió en un santiamén que toda la plantilla se bajara el sueldo el pasado mes de marzo, se encuentra inmerso actualmente en un combate dialéctico con el club que influye en el rendimiento del grupo. El presidente le pidió al sevillano que consiguiera que el plantel volviera a reducirse el salario ahora cuando el jugador no ha renovado. Lucas también se encuentra en esa tesitura. La batalla que los compañeros observan con la renovación de Ramos no es buena para el ambiente. Y esa tensión externa se nota en el campo.

El Real Madrid empató en Pamplona y perdió ante el Athletic en la Supercopa con esa alineación repleta de veteranos que acusan por lógica tanto desgaste. Después, un once nuevo fracasó frente al Alcoyano en una demostración de falta de nivel. Eliminados de todo, con partidos cada siete días, el Real Madrid volvió a perder, ahora ante el Levante. La expulsión de Militao fue determinante, sí, pero la repetición de nueve titulares evidenciaba que no hay otra idea y que Zidane no encuentra otras soluciones. Con diez, el equipo se mostró débil, sin capacidad de reacción.

Zizou no tiene un segundo equipo para ganar porque no hay plan B. Ha dejado que Odegaard y Jovic se vayan y los suplentes no han jugado hasta ahora, de manera que cuando los ha necesitado demostraron su falta de partidos y de acoplamiento. Militao y Odriozola han evidenciado esa carencia de competición y Mariano , el revulsivo, sale normalmente demasiado tarde y requiere partidos completos.

El Real Madrid no despierta ante los resultados adversos. Sigue con ese ritmo cansino y horizontal. Se nota que es un conjunto demasiado veterano. El agotamiento de Kroos y Modric se traslada al grupo. No hay revulsivo. Valverde , lesionado ahora, era ese factor de reacción antiguamente, pero después fue condenado de nuevo al banquillo. Los suplentes no están integrados realmente para cambiar el ritmo de juego.

Bettoni ha realizado las sustituciones mucho antes frente al Alavés y el Levante, pero Zidane ha tenido a los jugadores en el banquillo demasiadas veces sin jugar o con los minutos de la basura. Zizou no ha sabido reaccionar ante el Osasuna y ante el Athletic. El equipo jugaba siempre a lo mismo, centrocuentismo, sin dar verdaderas oportunidades a Vinicius, Valverde, Mariano, Odegaard y Jovic. Por eso se marcharon dos de esos hombres mientras que los otros han visto como su carrera se oscurecía.

Es verdad que la expulsión de Militao, que se lamentó a lo largo del partido en la grada mesándose su melena, dio un golpe de timón al partido, pero el Real Madrid tampoco supo reaccionar durante ochenta minutos. Solo Vinicius creó peligro.

El central aprendió una lección, la que Varane aplicó. Sergio León se había escapado por piernas y la diatriba era si tocarle en el borde del área o dejarle disparar. Los hechos demostraron que es mejor no tocar al delantero contrario y esperar a ver qué sucede en la jugada, en vez de derribarle y dejar al equipo con diez hombres. Los gestos del brasileño desde su asiento debatían a nivel íntimo su discutible decisión.

David Bettoni, el relevo de Zidane en el banquillo, admitió la dureza del correctivo, sin dejar de ver la botella medio llena: «La expulsión puso el partido cuesta arriba. Es un derrota dolorosa, difícil. Entramos en el segundo tiempo muy bien, seguimos presionando arriba y el segundo gol del Levante fue un golpe muy duro».

Admitió que el grupo estaba tocado: «E n el vestuario he visto al equipo triste, pero con ánimo para seguir peleando hasta el final. El Real Madrid jugó con carácter y con mucho orgullo. En el segundo tiempo no hemos podido ganar este partido, nada más». Ni nada menos, porque van cuatro derrotas en el campeonato español y tres se produjeron en casa ante rivales modestos, el Cádiz, el Alavés y ahora el Levante de Paco López.

El dilema interno del Real Madrid es si la Liga también está perdida . Courtois lo definió con crudeza. El Atlético no tropieza: «Siempre hay que luchar, la Liga sigue hasta mayo, pero ellos (los hombres de Simeone) siguen ganando y están arriba. Tenemos que intentar reaccionar, ganar nuestros partidos y que los demás pierdan. Estábamos con diez hombres desde el minuto siete y así es complicado, pero el equipo no ha jugado mal».