La melancolía de Marcelo: «Estamos todos para ayudar»

Este planteamiento le ha funcionado a Zidane con Lucas y Mendy en los flancos, ambos sobrados para subir y bajar la banda de manera incansable, hacer daño a la espalda de sus oponentes y ayudar en las coberturas a sus compañeros. Con Carvajal y Marcelo , anoche eso era encontrar agua en mitad del desierto: «La primera parte ha sido complicada. La verdad es que ellos empezaron fuerte, y son buenos y rápidos. Nosotros queríamos presionar arriba, uno por uno, pero cuando no sale bien es muy difícil. Rectificamos y estamos vivos. Iremos a Londres a ganar el partido».

Así es. La inocencia de los londinenses en los últimos metros, una parada milagrosa de Courtois tras disparo a bocajarro de Werner y un golazo de Benzema mantienen vivo al Madrid. El tanto de Karim, su gol número 71 en Champions, iguala la marca de Raúl y pudo ser superada si un zurdazo del francés no hubiera sido escupido por el palo. Zidane le cambió en el 92, en una sustitución extraña por el minuto en la que se produjo. A cambio, le regaló un halago al oído: «¿Qué le dije? Es un poco personal y cariñoso. No lo puedo decir... Algo así como que es muy bueno».

Las dudas entre los jugadores del Madrid, desubicados y superados por el vigor del rival, las intentaba calmar Sergio Ramos desde la grada. Comenzó con una chaqueta de entretiempo de color marrón, pero a los veinte minutos ya estaba en manga corta alentando a los suyos: «Queda mucho. Vamos, tranquilidad»; «Venga, un poquito más arriba y presionamos»; «Encara, Vini, encara»; «A Thibaut, Mili. A Thibaut, Mili. No insistas», gritaba el camero a los suyos, a la vez que no dejaba de aplaudir el esfuerzo del equipo, como ya hiciera en el túnel de vestuarios antes de comenzar el partido. Si no hay contratiempo alguno en su recuperación, estará sobre el verde de Stamford Bridge dentro de siete días.

Las instrucciones del capitán se intensificaban según pasaban los minutos, pero no eran suficientes para voltear el marcador ni tampoco para subir el rendimiento de Marcelo. Ni siquiera la presencia de tres centrales taparon las carencias del brasileño. Lento a la hora de correr hacia campo propio y despistado a la hora de no verse sorprendido por la espalda. Se jugó la tarjeta roja por una innecesaria entrada por detrás a Pulisic . Poco queda de este inmenso futbolista lleno de magia y verticalidad, que fue un continuo dolor de cabeza para las defensa contrarias. Fue, sí: «Somos más de 25 jugadores y estamos todos para ayudar», dijo el brasileño a pié de campo.

Quedó tocado Marcelo, pero Hazard , como el sábado pasado, volvió a dejar detalles para la esperanza. Treinta minutos para el belga de buen tono, aunque aún sin la valentía ni la chispa que le hizo ser un top cinco mundial: «Podría haber sido peor, pero tenemos aún el partido de vuelta», reflexionó el belga. «Un 1-1 es como una final, no veo que el partido de Londres acabe 0-0. Ellos se pueden equivocar si nos esperan», explica Courtois. Sí, el Madrid sigue vivo.