Asensio, por fin, vuelve a brillar

Zidane ha confiado en él en todo momento. Ha disputado 19 partidos esta temporada, en los que ha dado dos maravillosas asistencias de gol, la última anoche en un centro perfecto a Casemiro, y ha intervenido en las acciones de siete tantos del equipo. Ese es el dato más importante, posee la magia que marca la diferencia para decidir partidos. Ayer, el estadio Di Stéfano presenció ese toque de distinción. Lo hizo en el momento clave del encuentro, tras una hora de sufrimiento ante un cerrojo que parecía inexpugnable. Entró Asensio, sustituto del lesionado Rodrygo , y todo comenzó a cambiar paulatinamente.

El mallorquín avisó primero con un remate de espuela que, de haber entrado en las redes, hoy sería elegido como el gol del año. Unos segundos más tarde decantó los puntos. De espaldas a la portería, casi en el córner, se inventó el pase medido con esa zurda de platino para que Casemiro cazara el balón al vuelo y cabecear el tanto que quitó las telarañas al marcador. Marco Asensio ha vuelto.

Zizou le ha dado constantemente minutos porque cree en su calidad. Sabe que la clase no se pierde, es innata. «Hay que tener paciencia con él», subraya el entrenador cuando le preguntan por el balear. La presión de la prensa y de un club que necesita resultados son un problema para un futbolista que requiere tiempo después de ver destrozada una rodilla. El fútbol de hoy no tiene compás de espera. Zinedine le espera.

El número once fue felicitado por Casemiro nada más rematar su centro de maestro. Sabía lo que el muchacho ha sufrido. El vestuario le jaleó luego en la cocina blanca. Había sido el hombre decisivo para sacar un partido que parecía imposible.

Fue una noche alegre para el chico, que necesita golpes de clase como estos para afianzar su fe en el retorno al máximo nivel.

Tras su taconazo y su pase ideal, Asensio siguió dando centros y toques con la precisión de su juego. Entro al campo Vinicius y pasó a la banda derecha. Es tanto su nivel que puede funcionar por las dos bandas.

El jugador que anotó dos golazos al Barcelona en la Supercopa de España hace tres años ha encontrado de nuevo su sitio. El hombre que firmó el 4-1 en Cardiff enseña de nuevo la patita de oro. Su jefe estaba contento por el «regreso». Es la mejor noticia para Zidane, que requiere de delanteros de nivel y variantes ofensivas para superar los cerrojos. Marco ha vuelto cuando nadie lo esperaba. Así son los superdotados.