fútbol
La olímpica rememora el sabor amargo del Mundial 98
Los hombres de Milla quieren despedirse con un gran partido ante Marruecos. Una situación similar a la que la selección absoluta sintió cuando goleó a Bulgaria por 6-1 en el Mundial de Francia
TOMÁS GONZÁLEZ MARTÍN
Todos los jugadores están rabiosos. No pueden admitir que hayan perdido todos sus sueños en cuestión de cinco días. Dos derrotas por impotencia. Impotentes ante la portería enemiga. Postes y fallos. Quieren resarcirse. Despedirse de los Juegos Olímpicos con un gran partido ante Marruecos, que ... se juega su clasificación para cuartos de final.
Es verídico: la única de las cuatro selecciones del grupo D que no puede seguir en competición es la favorita, el equipo B de España, el que surte de jóvenes a la selección que no falla, la absoluta de Vicente del Bosque. Porque Japón está clasificada. Y Honduras, próximo rival de los nipones, suma dos puntos y se juega la segunda plaza con los marroquís, que tienen uno y necesitan vencer a los españoles, últimos en la liguilla con cero puntitos.
Los hombres de Milla desean quitarse de encima el farolillo rojo. Pretenden vencer al conjunto norteafricano con buen fútbol. La situación, extraña, rememora aquel sabor amargo de la selección A en el Mundial de 1998. Quedó eliminada en el segundo encuentro de la liguilla y se despidió de Francia con una goleada por 6-1 ante Bulgaria. Nadie olvida la cara de Hierro, llorando, que marcó uno de los seis tantos y lamentaba que ese buen juego llegara en el tercer duelo, con el pescado vendido. Ahora, los olímpicos sienten una vivencia parecida. Los marroquís saben a quien se enfrentan. A un enemigo enfadado por su infortunio frente a Honduras, acusando al árbitro de dos penaltis robados.
La cara b de España está tocada en su orgullo. No pueden aceptar otro error más. Se tomarán el partido de Old Trafford como una prueba de fuego. No quieren figurar como los colistas. Ver a Brasil golear y lucir les pone los dientes largos. A ellos, que pensaban encontrarse a los brasileiros en la final.
El fútbol español no está acostumbrado a estos fracasos. Dos Eurocopas, un Mundial y los éxitos de la sub 19 y de este mismo equipo olímpico hace un año, vestido de sub 21, habían colocado a todas nuestras representaciones en el Olimpo. Este es un golpe muy duro. Ha bajado a muchos del caballo. Hará pensar y asumir las cosas que se han hecho mal. La planificación no ha sido buena. Se ha organizado una preparación de urgencia para un evento que no las admite. A los Juegos se viene preparado al máximo o se fracasa.
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