balonmano
El milagro Uríos: el pivote de los músculos usados
Los temores del jugador hispano-cubano en su vuelta a las canchas, con 51 años, tras retirarse en 2009
Uríos en su debut con el Alarcos
Hace años, a principios de siglo, Ciudad Real era una rincón específico de balonmano, y su equipo, una potencia. Tres Copas de Europa y sus correspondientes Supercopas, cinco Ligas Asobal, tres Copas del Rey... Una época dorada que ya no existe (el BM ... Ciudad Real desapareció) que contó con un buen número de jugadores que dejaron huella. Como el pivote Rolando Uríos (Bayamo, Cuba, 1971), campeón del mundo, y máximo goleador, también con la selección, al que la edad y varias lesiones en la rodilla le obligaron a jubilarse en 2009. Se quedó vinculado al deporte, pero como entrenador, pasando por diferentes banquillos. Y ahora, a los 51 años, 13 después de retirarse, el jugador ha decidido volver a vestir de corto. Ayer jugó su segundo partido con el conjunto manchego del Alarcos, de la segunda división. En el debut anotó dos goles pero ayer no encontró la joya del gol.
«Vuelvo para echar una mano al equipo, es un favor. Uno de los pivotes se operó de los cruzados, se está recuperando, y el entrenador y el presidente me hablaron para volver a jugar y ayudar al equipo», explica. Su especial relación con la ciudad también le ayudó a dar el paso: «Conozco mucha gente de aquí. Y también a algunos jugadores los conozco porque crecieron con mi hijo, que jugó en la cantera de la Ciudad Real. Así que los ayudaré en la parte inicial de la temporada».
Miedo a la lesión
Pero Rolando Uríos vuelve con cierto miedo, asumiendo que tiene su punto de temeridad. Sobre todo en alguien con propensión a lesionarse, que tuvo que retirarse porque así se lo dijeron sus rodillas: «Tengo preocupación, claro, porque ya no tengo 25 o 30 años, mis músculos están ya usados. Intentaré tener precaución, no arriesgarme mucho y confiar en qué no me pase nada. A nivel físico entreno poco a poco y mi función en el equipo sería fundamentalmente en ataque y cambiarme en defensa».
Su plan específico de preparación incluye el trabajo con «un preparador físico y un fisioterapeuta cada mañana», que le ponen ejercicios específicos. «Sobre todo estoy entrenando mucho las piernas», dice Uríos. «Nunca había pensado volver a jugar tras la retirada», añade, «nunca me recuperé de las rodillas, me operé tres veces».
Uríos confía en que «su experiencia» ayude al equipo. Llega más que nada «como su profesor, para que aprendan de sus errores». Y, eso sí, tiene claro que su locura no será por mucho tiempo: «Mi idea es quedarme hasta que fichen un nuevo pivote o que tengan soluciones para seguir». Aunque tiene a la vista un plan alternativo para cuando vuelva a colgar el traje: «Me gustaría seguir de entrenador. Y si necesitan una ayuda aquí, en el cuerpo técnico, pues me quedaré. Tengo todavía mucho que dar a este deporte»,