Los pilotos del tubo de hielo: la locura de Mirambell encuentra sucesores

Aznar, campeona de España hace unos meses con solo 15 años, sueña con emular al pionero de este deporte en nuestro país. Su ídolo y, ahora, cicerone. El tipo que tras colgar el trineo se ha entregado a la construcción de un programa que siente las bases del skeleton en España. Un futuro que ya está en marcha y que tiene sus ojos en Cortina D'Ampezzo 2026, los próximos Juegos de Invierno, donde la federación de hielo confía en mantener la presencia en este deporte que era desconocido en España hasta que Mirambell se empeñó en situarlo en el foco mediático. «La mejor noticia de estos meses ha sido comprobar que hay vida en el skeleton español después de mi retirada. Y la hay muy por encima de las expectativas que tenía en mi cabeza. Hemos planificado un proyecto a cuatro años vista y en solo uno hemos alcanzado ya muchos de los objetivos marcados. Tenemos a nueve deportistas en el programa –cinco hombres y cuatro mujeres– que han formado una familia y que están ya consiguiendo buenos resultados. Evidentemente no son todavía los que teníamos en los últimos tiempos, pero hay vida y en cuatro años espero poder ver a alguno de ellos disputando los Juegos», señala a ABC el propio Ánder Mirambell, a medio camino entre Corea del Suy y Estados Unidos, hasta donde se ha desplazado para acompañar a Clara Aznar.

«Clara es un talento natural. Con solo 15 años ganó el Campeonato de España y aquí –en Pyeongchang– ha hecho un sexto puesto compitiendo contra chicas que tienen muchas más bajadas en su historial. Pero todos los que están en el equipo tienen algo. Serena (Juan) y Agur (Castrillo) son dos grandes competidoras; Eloy (Fernández) está evolucionando muy bien y se quedó a las puertas del top 20 en la Copa de Europa de Innsbruck; Javier y Daniel Basas tienen ambos cosas muy buenas, pero les falta continuidad… Estamos rompiendo el hielo y, aunque no son resultados que nos invitan a decir que ha nacido una estrella, sí que merecen que se ponga atención en su evolución y les demos el apoyo necesario para continuar adelante». Las palabras de Mirambell, director deportivo de la federación y entrenador del equipo, sirven para poner nombre a los recién llegados, que se unieron al proyecto (en el que ya estaban Adrián Rodríguez, Ana Torres-Quevedo y Alberto Porras) en la última convocatoria lanzada por redes sociales.

Para él son como sus hijos, a los que tutela y ayuda a transitar por un camino que él tuvo que recorrer en solitario. «Les miro y claro que me veo reflejado. Uno de ellos, por ejemplo, no me dijo hasta el tercer día que estaba bajando con un ojo cerrado, porque le dolía. ¡Bajar a 100 km/h por un tuvo de hielo con un solo ojo! Ese tipo de locuras me recuerdan a lo que yo hacía cuando empecé. Otros se han hipotecado económica y personalmente por este deporte y luego está la ilusión con la que les ves tomando notas de todo. Cada uno tiene algo de mí y yo espero quedarme con algo de ellos», señala el exdeportista, con un punto de emoción.

Porque el trabajo es mucho y los recursos pocos. Y eso que cada día se van mejorando las condiciones de los nuevos deportistas. El próximo mes de abril se inaugurará en Madrid una pista de empuje (una de las históricas reivindicaciones de Mirambell) que ayudará a mejorar la salida, fundamental en este deporte que mezcla fuerza, destreza y arrojo. «Yo no hablaría de miedo, pero sí de respeto. Sobre todo en las primeras bajadas. Conforme vas pasando las curvas sube la velocidad, vas pegado al suelo y la sensación de adrenalina que tienes es muy fuerte», señala Clara, feliz con esta nueva etapa de su vida. Ella es una más de la familia que se ha creado alrededor de Mirambell y el skeleton español. Un grupo muy bien avenido, que disfruta creciendo junto. Donde los éxitos de uno son los de todos. Donde el objetivo es mantener la senda ascendente iniciada por el pionero y alargarla hasta los próximos Juegos. Hay vida y hay relevo para conseguirlo.