«Me pidió que me quitara el sujetador y que me acostara»: una atleta denuncia a su exentrenador

La belga Hanne Maudens, bronce en heptatlón en el Mundial sub-20 de 2016, también acusa a su federación de ignorar las quejas

Del oro de París a becario de un bufete de abogados: «Ahora cada noche tengo que plancharme una camisa»

Hanne Maudens RRSS

A. L. Menéndez

«La verdadera razón por la que me alejé del heptatlón, estuve fuera durante tanto tiempo y no competí en atletismo de alto nivel, es... (vacilante) que fui víctima de un comportamiento inapropiado por parte de mi ex entrenador, un nombre importante en el mundo ... del atletismo belga». Tan difícil y dura declaración la hace Hanne Maudes (28 años), una atleta belga que fue medalla de bronce en dicha modalidad (heptatlón) en el Mundial sub-20 celebrado en Bydgoszcz (Polonia).

Maudes ocupa la portada de 'Dag Allemaal', una revista de su país, y su entrevista ha provocado enorme revuelo en el atletismo y el deporte flamencos.

Hanna se proclamó campeona de Bélgica de salto de longitud en pista cubierta en febrero de 2020. Sorprendentemente, seis meses después, cuando se preparaba para participar en los Juegos Olímpicos de Tokio —previstos para 2020 pero pospuestos a 2021 debido a la pandemia del covid—, desveló públicamente un estado físico y mental insospechado por todos.

«El estrés, las lesiones y, finalmente, el agotamiento me hicieron replantearme lo que realmente importa en la vida. Me estaban dando una explicación para un trabajo de investigación en la Universidad de Gante y, por primera vez, me senté en clase llorando. Entré en pánico y no pude soportarlo. Me abrumaba. Tenía ataques de pánico y lloraba a menudo sin motivo alguno», escribió en su blog.

«A esto le siguió un agotamiento total. No quería levantarme por la mañana. Dormía hasta tarde y mucho más durante el día para no tener que vivir el día conscientemente. Dejé de cuidarme, me quedé sin energía y ya no me importaba nada. Perdí la alegría de todo. Quería dejar el atletismo y la escuela por completo. La tensión me dejó con pérdida de memoria y visión borrosa. ¿Quién era yo? ¿Quién soy yo? ¿Adónde quiero ir? Ya no tenía sentimientos», añade en un desgarrador documento.

Y anunció que renunciaba a la que parecía prometedora carrera en heptatlón para pasarse a las pruebas de 400 y 800 metros. Finalmente formó parte la selección belga de atletismo en Tokio como reserva en los 4x400 metros, pero no compitió.

Sin embargo, en esa carta abierta no lo contó todo. Al menos, nada de lo que ahora ha manifestado en 'Dag Allemaal': «Llegó un momento en que (su ex entrenador) apenas me dejaba comer y tenía que informarle de mi peso a diario. Me gritaba y me acusaba de ser una inútil. Eso realmente afecta a una joven de 21 años, mina tu autoestima. Su poder me llevó a caer en su control y poco a poco le cogí miedo. Competí en el Mundial de Doha 2019 con una tibia rota y quedé undécima, pero no me permitieron decirle nada al médico del equipo».

En la entrevista, Maudens cuenta que durante una concentración celebrada en Sudáfrica y en ausencia del fisioterapeuta su entrenador realizó dicha tarea: «Fue muy extraño. En un momento dado, me pidió que me quitara el sujetador, quién sabe por qué. Me sujetó por completo y me manipuló la espalda. Luego me pidió que me tumbara en el suelo. Ni siquiera teníamos camilla de masaje. Se sentó encima de mí y me masajeó la espalda. Y desde entonces, no recuerdo bien qué pasó. Desde ese día, he estado reprimiendo aquellos momentos de masaje hasta que mediante terapia de trauma los detalles van apareciendo poco a poco. .) ¿Qué más pasó después?»

Según Maudens, tras lo sucedido en Sudáfrica su cuerpo entró en modo «supervivencia» y ella en un estado de depresión con pensamientos oscuros: «Ahora lo sé: el abuso me traumatizó». También desvela que estuvo hospitalizada durante varios meses: «Aparte de familiares y amigos, nadie lo sabe».

Hanne también deja en muy mal lugar a la Federación de atletismo belga. Asegura que acudió a ellos con un abogado para realizar los pertinentes trámites de denuncia, y que carecía de los recursos económicos necesarios para interponer entonces una demanda.

«La federación de atletismo lo sabe, pero decidió guardar silencio. Desestimaron mis denuncias. La federación no está afiliada al Tribunal Arbitral del Deporte, una organización paraguas donde se pueden presentar denuncias sobre dopaje, género y conducta inapropiada. Por lo tanto, no tienen que responder por sí mismos y, en consecuencia, encubrieron mi testimonio —afirma la atleta—. Sufrir un trauma es malo, pero no ser escuchado es aún peor y más traumático».

«La Federación de atletismo quería enterrarme porque no quería que su deporte se viera perjudicado. Ya no me permitían entrenar en Bélgica con un entrenador federado, así que empecé a entrenarme en Alemania y Suecia», señala Maudens, ilusonada con poder acudir a los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028.

Y para finalizar da una información importante a modo de aviso: «Pero no permitiré que eso vuelva a suceder. Voy a emprender acciones legales contra ese entrenador y la federación Por cierto, dentro del mundo del deporte, tengo una persona que me apoya: Olav Spahl, director del Comité Olímpico Belga».

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