Dorsal para cuatro mil personas

Fue honda la huella que dejó el portero pamplonica en sus siete años defendiendo la portería sevillista. Acaso no más profunda que la de otros cancerberos en la historia del club, pero sí la que más perdurará en el tiempo, porque su dorsal de leyenda lo heredarán y portarán para siempre esas cuatro mil personas que sufren la enfermedad en nuestro país, una cifra maldita, por invariable, dados los plazos de supervivencia y las estadísticas de diagnósticos que tiene la enfermedad.

Juan Carlos, en su condición de personaje público querido por todos, ha asumido con esa alegría y fuerza que irradia por encima de todos los males, el abanderamiento de sus nuevos compañeros de equipo en la lucha no contra la enfermedad, que pelea con armas más poderosas a las de sus voluntades, sino en favor de su visibilidad, del concienciamiento de la sociedad, de la necesidad de que se cambie la percepción de esta en el sentido, como él clama por todos, de que está muy bien pronunciarse a favor de una muerte digna, pero mejor aún la de procurar la mejor calidad de vida a aquellos a quienes se les escapa de manera inexorable. Ayudémoslos.