Diez de los «nuestros» en el desierto
En claro, el Sevilla sólo ha sacado de esta primera fase el millón de euros que les deja la permanencia en el Mundial de los supervivientes
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Iniciar sesiónCuando se haga balance del Mundial, será inevitable referirse a la contribución de España al mismo, en la rama de la botánica: la flor de Luis Enrique, especie exótica e indocumentada hasta el momento, que crece en el desierto después de permanecer marchitada por completo ... unos minutos. No sólo eso, sino hacerlo evitando el peligro de su colonización por las malas hierbas, como las brasileñas. Toda una sorpresa la que nos tenía ocultada en su parte más recóndita el asturiano. También recogerán los anales la aportación de los equipos sevillanos a la cita catarí. Diez aportó el Sevilla y cinco el Betis, de los que, finalizada la fase de grupos, han sobrevivido diez. Le faltó poco al Betis para hacer pleno. Cedió a cinco y sólo uno, Guardado, canta el corrido de vuelta. Interesaba, y mucho, por Heliópolis, una buena actuación de los suyos para su revalorización, pero ni Sabaly ni Carvalho, los más destacados hasta el momento, prometen monetización notable, ni el concurso de Pezzella y, sobre todo Guido Rodríguez, joya de la corona, hacen abrigar esperanzas de disparar sus nombres en la bolsa futbolística.
Frente al veinte por ciento de descartes en verdiblanco, por Nervión se ha asistido al cuarenta por ciento de desahuciados. Unos se van jugando poco (Gudelj y Delaney, lesionado), otro porque lo hizo mucho pero mejor que no lo hubiera hecho, Dolberg, y Dmitrovic permaneció inédito. De los que siguen, irrelevante el concurso de Telles; cal de Acuña (a buenas horas, mangas rojas), más arena de Papu y mezcla de Montiel. Las buenas noticias llegan de Marruecos, donde destacan Bono y En-Nesyri, los dos jugadores que procurarían hacer una buena caja.
En claro, Betis y Sevilla sólo han sacado de esta primera fase el millón de euros que les deja la permanencia en el Mundial de los supervivientes. Por Nervión dará para pagar parte de la polémica minuta del Consejo; al final de la Palmera, para aumentarle el sueldo al nuevo CEO, Ramón Alarcón, y tener algo de calderilla en el bolsillo. Menos da una piedra de Khar Al Adaid.
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