Suscríbete a
+Nervión

La palabra del sevillismo

La mayor protesta recordada en Nervión en contra de un consejo que se agarra al sillón por puro interés personal

Alberto Fernández

Esta funcionalidad es sólo para registrados

«Somos nosotros, Sevilla somos nosotros». El sevillismo al completo no puede estar equivocado. Es imposible. Cuando un grupo humano de estas dimensiones toma un camino al completo, con determinación y sin fisuras, es evidente que su reivindicación tiene un peso tremendo, gigantesco o descomunal. ... La afición está en pie de guerra. Cansada y harta. Pero sin miedo ni lloriqueos. De pie y dispuesta a plantar batalla con su voz como escudo y sus gritos como bandera. Lo que en su momento fue pavor a un posible descenso se ha transformado en una fuerza descomunal para denunciar una situación a todas luces insostenible. Los motivos para agarrarse a la silla son conocidos de sobra; las motivaciones, también. Las consecuencias de estos actos sólo las conocen las personas que un día ayudaron a aupar al club a sus años más gloriosos en el plano deportivo, para marcharse (les llegará seguro ese día) dejando como herencia la peor de las ruinas. No es que sean señalados culpables, es que lo son sin medias tintas. Serán recordados por lo segundo, guardándose en un cajón lo primero, ya que el éxito tiene siempre un mayor número de padres. De gente que antes o después puso un ladrillo en la construcción del sueño. Y con justicia que lo fueron. Recuerdos imborrables, aniversarios de títulos que ahora duelen como un puñal en el corazón porque el recuerdo sabe amargo cuando fue tan feliz. Como esa persona que te falta desde hace demasiado tiempo. Sueltas una sonrisa de nostalgia al pensar en ella, para seguidamente que se te inunden los ojos de lágrimas por el dolor de ese vacío que jamás dejará de acompañarte. Así de vacío se está quedando un club que sólo se mantiene en pie por aquellos que lo quieren. Mientras su recuerdo siga en pie no morirá, pese a dar pasos directos a una bancarrota sin solución posible. Junior vete ya gritó ahogadamente el Sánchez-Pizjuán. Cada uno es esclavo de sus palabras y dueño de sus silencios. El sevillismo lo tiene claro.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación