Todo tiene un final
La retirada del fútbol en un espacio de seis meses de Jesús Navas o Rakitic arañan los recuerdos más felices del sevillismo
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEn todo camino profesional, tarde o temprano, aparece ese agridulce momento de ponerle un punto y final. Si hace siete meses mal contados decía adiós al fútbol Jesús Navas, la máxima leyenda sevillista, en estos días decidía colgar las botas a los 37 años ... Ivan Rakitic, el futbolista extranjero con más apariciones con la camiseta del Sevilla FC en partido oficial. Y eso de extranjero es por enfatizar que no es nacido en España o mejor dicho entre los muros de esa Sevilla que siente tan propia el internacional croata al que mejor catalogarlo por siempre como sevillano. Incluso, en estos días también ha dicho adiós al fútbol profesional Vicente Iborra, quien llevase el brazalete de capitán del Sevilla en esa transición de la era Unai Emery al siguiente paso, con aquella primera salida de Monchi y momentos convulsos que ahora parecen unas vacaciones en un balneario viendo en lo que se ha convertido el club en pocos años.
Dos grandes leyendas y un buenísimo futbolista (y mejor tipo) que cierran un capítulo en sus vidas e inundan al sevillismo de esos recuerdos que ahora pinchan y arañan; que despiertan una sonrisa y a su vez levantan una indignación cada vez menos contenida; que obligan a que el hincha se detenga y rebusque en su memoria, aguijoneando con esos títulos del pasado el crudo presente. Es imposible desligar los buenos momentos de tu existencia con el amargor del hoy. También al contrario. Como quien es padre y ve en los ojos de su hijo la mirada ya ausente de quien en su días lo sostuvo en sus brazos. Amargor y felicidad dentro de un mismo sentimiento, como ese círculo inacabado que contiene trazos irregulares dentro del preciosismo de intentarlo ejecutar a mano alzada, sin ayuda y con la presión de no poder fallar. Porque de cada paso que da un equipo de fútbol depende la felicidad de miles de personas. Hacerles feliz no tiene precio; decepcionarlos, uno muy alto.
Está claro que en el Sevilla actual esa mezcla sentimental tiene a muchos con la cabeza mirando al suelo, sin ganas de ilusionarse por casi nada. Recordando que no hace tanto fueron felices viendo a Jesús Navas pulverizando kilómetros por la banda, cuando todavía la cadera no había hecho sus estragos sobre ese rendimiento que se pensó que podía ser eterno. O cercano a lo nunca visto en el ámbito del deporte profesional. La última gran imagen de Rakitic es levantando su segunda Europa League junto al propio Jesús Navas. No tuvo el final deseado, con dos experiencias fugaces cuando su propio cuerpo le había enviado las señales de que no estaba para más. Pero no quiso que ningún entrenador le marcase su fecha en el adiós, que la decisión dependiese de él mismo, sin manchar igualmente el escudo del Sevilla dejándose ir en la última temporada firmada. Porque ambos han representado y lo siguen haciendo lo mejor que ha tenido el Sevilla FC en su centenaria historia: entrega y sevillismo. Calidad y esfuerzo. Educación y señorío. Por esto mismo le cuesta tanto al aficionado mirar atrás sin que no se le rompa algo por dentro. Lo tuvo todo. Y apenas queda ya nada de aquello. Mejor será pensar en que esa sensación de auténtico frenesí futbolístico regresará algún día. Sí, mejor así.
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete