Villarreal - Sevilla: Un nuevo ridículo para culminar una vergonzosa temporada (4-2)

Titánico trabajo el que tiene por delante el club para, al menos, volver a componer un equipo solvente capaz de cuadrar las cuentas sin arrastrar el escudo por los estadios de Primera división.Aunque lo primero es elegir entrenador. Caparrós cerró su última etapa en el Sevilla sufriendo y ganándose todas las coquinas de Punta Umbría. Su sevillismo le ha llevado a dar la cara y dejar su nombre plasmado en la peor temporada de la entidad nervionense de todo el siglo XXI. Un castigo demasiado severo para un símbolo del fútbol sevillano.

El utrerano planteó un once muy diferente, con Álvaro Fernández en la portería y Marcao partiendo como titular. Un gesto de generosidad motivada por las siete ausencias con las que contaba el equipo entre lesionados y sancionados, aunque tanto el guardameta como el central demostraron no merecer tal confianza.

Los de Caparrós se plantaron con cero tensión competitiva en el estadio de La Cerámica y no aguantaron ni cinco minutos sin encajar. En contraposición, el Villarreal desprendió alegría y hambre para festejar, rodeado de su afición, una temporada excepcional. A lo largo de este año, el Sevilla FC se ha empeñado en demostrar que ya no pertenece a ese club, el de los equipos Champions League y este domingo no ha sido una excepción.

El equipo funcionó a base de arreones, intercalados con momentos de desconexiones graves. De hecho, el Sevilla aún intentaba sintonizar cuando Yeremy adelantó a los suyos a los tres minutos del arranque. Un mal despeje de Kike Salas le puso el balón en bandeja al atacante amarillo, que no dudó. Una imagen que no es ajena al sevillismo, que ha presenciado demasiadas veces este año cómo su equipo encaja antes de entrar en calor. Y la cosa no quedó así, corría el minuto 7 cuando un ex, Pape Gueye, aumentó la renta local tras burlar a Sow y Gudelj. La goleada se olía desde lejos.

Se cumplía el primer cuarto hora cuando llegó la primera jugada de peligro sevillista. Un centro de Pedrosa, que García Pascual no logró rematar con acierto. No obstante, llegaron los mejores minutos de los de Caparrós de la primera mitad, poco a poco, el grupo empezó a llegar tímidamente al área del Villarreal. Se ensambló mejor y comenzó a tener mucho más dominado el encuentro. Lo volvió a intentar Pedrosa con un centro chut, que no logró tocar ningún compañero, mientras que Suso intentó generar algo de fútbol desde la derecha. Y lo consiguió. Un par de minutos antes de cumplirse la media hora, Sow batió a Conde de cabeza tras un centro excelso desde la derecha.

La esperanza de meterse de nuevo en el encuentro duró sólo diez minutos. Baena fue el encargado de poner de nuevo todo en su lugar, colándole el balón entre las piernas a Kike Salas y batió sin problemas a Álvaro. Se consumaba la goleada antes del descanso, aunque el Sevilla quiso llegar peleando con dos llegadas, primero de Suso y después de Sow.

La segunda mitad arrancó en La Cerámica con Lukebakio entrando por Sow, al que se le pudo ver el tobillo vendado. El Sevilla salió mordiendo y con el atacante belga con mucha hambre de gol. Lo demostró mandando el esférico al larguero tras un pase de Agoumé. Lo intentaba el cuadro hispalense, cuando Gueye decidió hacer el primer doblete de su carrera, aprovechando que la defensa visitante comía palomitas. Tampoco estuvo muy fino el meta sevillista.

Si la remontada estaba lejana, ya era imposible. Aunque no por ello Suso quiso dejar de intentarlo antes de retirarse de su último partido como sevillista. El gaditano atrapó un balón en su campo y se plantó ante Conde para pasárselo a Juanlu, que no logró superar al meta groguet. Caparrós movió piezas con la mirada puesta en no caer en alineación indebida con los canteranos. Sacó a Ramón Martínez y el canterano se sumó a la lista de goleadores de la carretera de Utrera. Y es que el central aprovechó un gran pase de Agoumé para pararla con el pecho y mandar el cuero dentro de la portería local. Seguidamente, Lukebakio marcaría, pero la jugada estaba invalidada por fuera de juego. No obstante, fueron los hombres de Marcelino los que tuvieron la última del encuentro. Una volea de Pedraza que estuvo a punto de subir al marcador.

De esta dolorosa forma, el Sevilla termina LaLiga en su peor posición del siglo XXI y perdiendo tres millones de euros. Una pobre despedida para Caparrós, que sabe que la única fórmula para sacar esto adelante es la unión... y el cambio. Hasta siempre, míster.